SANTO DOMINGO.-La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad.
De acuerdo a la uróloga-andróloga Marlin Fernández, la disminución del apetito sexual es el principal síntoma del trastorno del deseo sexual hipoactivo.
Un desorden pocas veces diagnosticado, esto muchas veces relacionado con que tanto el paciente como el mismo médico pueden sentir vergüenza o incomodidad de tratar el tema, manifestando que se ha estudiado más el bajo deseo sexual en la mujer que en el hombre.
Al hablar del bajo apetito sexual indica que esto ocurre cuando el hombre deja de tener fantasías sexuales o pensamientos de tener sexo durante el día que son normales y puede ver a su pareja o a otra persona que en su momento le resultaba atractiva y ya no porque no siente el interés sexual.
En este sentido, dice que la falta de deseo puede ser multifactorial, destacando que “La edad es uno de los factores relacionados con el bajo deseo sexual, pues como todo en el ser humano va en decadencia, pero puede existir un tema de relación de pareja y esta sea la manifestación; tener una salud deteriorada, ser fumador.
Los hombres que no tienen juegos sexuales previos a la penetración también tienden a tener bajo deseo”.
La especialista asegura que la hormona testosterona que se produce en los testículos es la que le da el vigor y las características de masculinidad al hombre y a medida que él envejece va disminuyendo de manera fisiológica. En algunos hombres esto hace que se produzca el síndrome de baja testosterona y una de las manifestaciones es precisamente el bajo deseo sexual.
El diagnóstico
Por tanto, aclara que cuando el hombre consulta porque siente que su libido está bajo dentro de los estudios que deben solicitar, está la prueba de la testosterona y tener por lo menos dos pruebas que la reporten baja y los síntomas para poder establecer el diagnóstico.
Otros trastornos hormonales relacionados con el bajo deseo son el hipotiroidismo y la hiperprolactinemia. Fernández, quien pertenece al grupo Urus, explica que cuando existe disfunción eréctil, que es la incapacidad de lograr y/o mantener una erección suficiente para penetrar y completar el acto sexual de manera satisfactoria, el hombre se avergüenza y evita tener sexo, deja de tener interés porque para qué si no puedo.
La doctora refiere que los tratamientos para mejorar este trastorno dependerán de la causa.
Estos pueden ser desde manejo por un terapeuta sexual y de pareja muy importante en las disfunciones sexuales hasta sustitución hormonal.
Cualquiera que sea la causa, el hombre debe conversar con su médico de cabecera, quien le orientará al respecto.
“No hay una regla numérica que establezca la cantidad de veces que una pareja debe tener actividad sexual. Una vida sexual activa es tener buena calidad de vida”, concluye.