Las bailarinas Angie White y Kiara Soto junto al bailarín Darel Pérez y la maestra Susana Fortuna. Foto: Jorge González.
Santo Domingo.- «Pues yo lo que quiero ser es bailarín», fue la respuesta que dio un niño de apenas nueve años a sus padres cuando decidió incursionar en el fántastico mundo del arte y la danza.
Darel José Pérez siendo un niño se enfrentó con respeto al desacuerdo que al principio mostraron sus padres por la decisión de estudiar danza.
«En realidad en ese primer momento mis padres no me apoyaron porque es un tabú que tenemos como latinos y una sorpresa de ver un bailarín hombre, pues la gente se lleva por los comentarios y no te visualizan por lo que tú sientes, lo que tú amas», dijo con seguridad el joven bailarín que hoy tiene 20 años.
«Respeto cada decisión porque cada cabeza es un mundo, pero simple y llanamente eso fue lo que yo quise y se lo conté a mi familia. Les dije: papá y mama, usted decidió ser militar, usted decidió ser ingeniero, pues yo solo quiero ser es bailarin».
Durante una entrevista a El Día, Darel narró que al cumplir sus 10 años entró a la Escuela Nacional de Danza a estudiar lo que le apasiona, pero describe que fue muy difícil empezar porque la escuela estaba carente de apoyo por parte del Gobierno.
Sin embargo, eso no lo detuvo y continuó bailando porque pudo darse cuenta que la danza es su pasión y así lo expresaba con su cuerpo al bailar en todas las fiestas que hacían a su alrededor.
«Elegí la danza porque tuve la valentía de guiarme por mis instintos, hacer lo que yo amo y soy alguien que lo que se propone lo cumple, no importan los obstáculos ni las barreras que pongan lo importante es que yo esté seguro de mí mismo y pueda confiar en mí», destacó.
Sus padres al percibir el talento de Darel, el crecimiento que mostraba y la notoriedad con que empezaba a aflorar su carrera respaldaron al joven y hoy se sienten orgullosos de él.
«Llegó un punto cuando mis padres vieron el crecimiento y comenzaron a apoyarme en las redes sociales, comencé a salir en periódicos y veían el crecimiento del fruto que yo poco a poco iba sembrando para luego cosechar y aún así sigo sembrando sembrando en abundancia para un futuro cosechar en abundancia para compartir con mi tierra», expresó.
Darel asegura que podría dedicarse a otra profesión y está abierto a hacerlo, pero ama bailar y no se imagina su vida sin la danza.
«La danza para mí es mi vida, es el lenguaje más expresivo para mí, demostrando lo que realmente lo que yo siento no con palabras sino con hechos, demostrando que sí se puede y que nada es imposible».
A Darel tambien le gustan las carreras de informática, idiomas, ingeniería en sistemas y la pedagogía.
Cambio radical en su carrera
Con dedicación y esfuerzo se graduó en la Escuela Nacional de Danza y gracias a su talento sobresalió entre 185 bailarines de diferentes países ganando en 2018 una beca para estudiar danza en la Fundación Internacional de Baile Carlos Acosta, Primer Bailarín con reconocimiento mundial, con sede en la Habana, Cuba.
El bailarín quien lleva su segundo año de estudios en Cuba, afirma que no sería quien es sin el apoyo de la maestra Ninosca Velásquez, quien se mantuvo al frente defendiendo sus proyectos.
«Gracias a ella hoy en día todos los bailarines de República Dominicana le agradecemos a esa señora porque ella fundó el proyecto a nivel nacional aunque no se reconozca, así como todos los maestros entre ellos Susana Fortuna, Marinella Sallent, Magda González, Lenny Villalobos, Michael Acosta y Iván Alonso», resaltó.
El bailarín manifiesta que los maestros son las herramientas fundamentales para que ellos puedan transmitir un mensaje de lo que aman y sienten al público a través de la danza.
«Pero se requiere mucho esfuerzo, es muy duro el sacrificio, pero todo se logra porque querer es poder y es una tarea bien dura. Es para valientes porque el simple hecho de tú estar 24 horas 7 días a la semana practicando para alcanzar un paso, levantarte tan temprano de tu casa, no tener vida social y no disfrutar la adolescencia la niñez, es una carrera de mucho rigor», aseguró con mesura y garbo.
Beneficios
Darel dice que la danza le ha ayudado a crecer tanto en lo personal como profesional tras adquirir nuevos conocimientos y experiencias.
«La danza me ha enseñado a madurar, a saber que esta carrera lleva mucha disciplina y en la cual se te enseña valores principios desde casa y lo que tú no aprendes en casa muchas veces lo aprende en la academia», indicó.
Entre los aportes que ha recibido de la danza destaca la receptividad y disciplina, lo que entiende le ha ayudado a crear conciencia de cómo cuidar su cuerpo.
«En la danza no veo nada negativo y cada vez siento que voy creciendo un poquito más, porque lo negativo para mí no existe, y sí existe, pero yo lo obvio y lo convierto todo en algo positivo», expresó con entusiasmo.
El bailarín resaltó que la danza lo ha rescatado de muchas cosas, pues aunque ha recibido el apoyo de sus padres, su infancia fue difícil al crecer en un hogar de padres separados que residen actualmente en Sabana Perdida, Santo Domingo Norte.
La meta de Darel como profesional es que al concluir sus estudios pueda aportar a los jóvenes su experiencia y motivar a las nuevas generaciones a que aprendan sin importar la dificultad.
A los demás jóvenes que hoy se dejan influenciar tanto por las nuevas tecnologías y la moda de las redes sociales recomendó que sean autenticos y que aprendan a tener decisión propia, dominio y control de sus actos.
«Creo que cada persona tiene una luz y una estrella si tu la autovaloras y autorreflexionas puede destacarse sin ayuda de nadie, simplemente siendo ellos mismos, creo que hoy en día los jóvenes tienen talentos hay personas que son capacitadas para todo, pero todo está en el querer», dijo al ser cuestionado sobre el rol que juegan los jóvenes en la sociedad.
«Les recomiendo a los jóvenes que sigan sus sueños, que el que persevera triunfa y que luchan por lo que quieren o aman», recalcó tras asegurar que la clave del éxito es ser humilde y que esta es la llave que abre todas las puertas.
Un impulso al arte
Susana Fortuna, quien tiene 31 años como maestra de danza, hace un llamado a las autoridades a apoyar el talento de los jóvenes en el arte, a fin de que se desarrollen en activdades lícitas y no caigan en actos delictivos.
«El arte va de mano con el desarrollo de los pueblos, necesitamos tener más jóvenes en el arte, en el deporte, en muchísimos ámbitos, pero el arte aflora lo que el ser humano tiene dentro. El arte es un una actividad que ayuda al espectador y también ayuda al ejecutante porque la transformación de muchas sociedades se canaliza a través del arte», dijo Fortuna.
«Nosotros ayudamos a los que quieren bailar ballet, los que quieren cantar, los que quieren ir al teatro, porque mientras más crece el arte más disminuyen las actividades que no son fructíferas que no dejan beneficios, el arte elevar el alma y el espíritu del ser humano», expresó con inspiración la maestra, quien asegura que vive ver bailar a los chicos.
En cuanto a Darel manifesta que es un joven trabajador que a pesar de sus bajos recursos fue seleccionado entre los mejores, dejó sus padres, su país y hoy se encuentra a otro nivel.
«Darel ha logrado un sitial tan importante en el ámbito de la danza y siendo hombre, que lo vean va hacer que otros niños que tienen ese fervor se desarrollen en el país y con su luz podamos ayudar a que sepan que en este país que hay una Escuela Nacional de Danza y muchas escuelas privadas donde podemos formar buenos bailarines, ya que son muy escasos», acotó.