Bacinillas

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Bacinillas

Toma cuerpo una tendencia preocupante entre moralistas y farandúlicos que anhelan ejercer santurronamente en redes sociales como censores de la corrección política.

Su indignación, la mismita que voceaban furiosamente en la plaza de la Luperón hace pocas semanas, es tan religiosa como la de ayatolas persas.

Me recuerdan las reacciones a mi referencia a una bacinilla del conde de Warrington, de la primera mitad del siglo XVIII, cuyo precio al subastarse fue US$125,000.00. Algunos, dizque ofendidos, se quejaron porque comenté algo para ellos muy vulgar, como ese recipiente de orina y heces, usado por nobles que dormían en casas sin baño, usual también aquí hasta recientemente.

¿Es una vulgaridad hablar de bacinillas? Creo que no, aunque quizás sí lo sea pagar por ésa más de siete millones de pesos… ¿Cuántas dosis de salvíficas medicinas o vacunas podrían comprarse con tanto dinero?

¿Cuántas letrinas podrían construirse en parajes donde no hay? Quizás lo vulgar no es hablar de tan inútil recipiente, sino indignarse teatralmente por pendejadas y vivir pendenciando opiniones ajenas…



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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