¡Ay, los periodistas!

¡Ay, los periodistas!

¡Ay, los periodistas!

He repetido que quizás merezca cualquier destino un país que no perdone yerros a héroes a quienes debe su existencia y en cambio exalte a políticos sin obra ni causa conocida.

Santana dizque dijo a la reina Isabel II, para resaltar las bondades de Santo Domingo antes de la anexión, que éramos un país bendecido por escasez de abogados y periodistas.

Actualmente lo que preocupa a muchos es la sobreabundancia de ambas especies de la fauna criolla. Algunos creemos hay demasiados periodistas y abogados. Aparte del número está la cuestión de la calidad profesional e idoneidad moral.

En los respectivos colegios las instancias llamadas al control deontológico son puro relajo. Hay periodistas dedicados alegre e impunemente a cacarear mentiras conocidas cobrando sucios pesitos, sabedores de que sus víctimas son como águilas que no cazan moscas.

Quizás la sociedad debería preguntarse por qué tanta gente sin auténtica vocación para cada oficio o profesión comoquiera afana por titularse, si nunca procuran ni conocen nada verdadero o bueno. El tema da para sesuda meditación…



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

Etiquetas

Noticias Relacionadas