Llamado también rechazo sexual persistente o trastorno por aversión al sexo, es un trastorno en el cual hay una conducta persistente de repulsión, disgusto, asco y miedo ante cualquier indicio de demanda o pensamiento sexual.

En los casos más graves ante una situación de tipo sexual, estas personas pueden presentar reacciones corporales como sudoración profusa, aumento de la frecuencia cardíaca, hacen crisis de ansiedad, angustia y hasta pueden llegar a sentir palpitaciones, náuseas, mareos, sensación de ahogo, desmayos, sudoración hasta con solo imaginarse en una actividad sexual.

La aversión sexual puede ser primaria, cuando se presenta desde siempre y puede presentarse por un abuso, incesto o violación sexual en la infancia, ambiente familiar muy represivo y rígido. Secundaria, cuando la persona ha vivido una vida sexual activa, normal y comienza de pronto con el trastorno, presentándose este en las violaciones en adultos, traumas sufridos en los primeros coitos, maltrato, violencia psicológica o violencia física y sexual.

La aversión generalizada sucede cuando la repulsión es hacia todas las parejas por igual y la situacional cuando se presenta exclusivamente con una persona, presentándose esta en situaciones de homosexualidad no autoaceptada, personas que intentan relaciones incongruentes con su orientación sexual, falta de atracción.

El componente más importante de este trastorno es la ansiedad. Se presenta el miedo ala interacción sexual, al fallo o fracaso, temor al desempeño, culpas. Se presenta en mujeres y hombres.

En mujeres con dispareunia (dolor al coito) posteriormente a ella pueden desarrollar la aversión sexual.