Avaricia, un pecado capital que aniquila

Avaricia, un pecado capital que aniquila

Avaricia, un pecado capital que aniquila

Santo Domingo.- “No hay nadie peor que el avaro consigo mismo, y ese es el justo pago de su maldad»,  con este versículo que aparece en el libro Eclesiástico de la Biblia se  plantea claramente como una persona avariciosa es asador de su propia maldad.

La avaricia es un sentimiento que se aplica al término de una ambición excesiva por la búsqueda de fortunas, bienes, riqueza,  estatus y poder. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas. La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital.

Términos psicológicos

Como concepto psicológico y secular, la avaricia es un deseo desordenado de adquirir o poseer más de lo que se necesita. El grado de perturbación mental está relacionado con la incapacidad de controlar la reformulación de «deseos» en el momento que las «necesidades» son eliminadas.

Erich Fromm describe la avaricia como «un pozo sin fondo que agota a la persona en un esfuerzo interminable de satisfacer la necesidad sin alcanzar nunca la satisfacción.»

Por lo general, el término se utiliza para criticar a aquellos que buscan la riqueza material excesiva, pero también es aplicable en situaciones donde la persona siente la necesidad de sentirse por encima de los demás desde un punto de vista moral, social, o de otra manera.

En el Catolicismo, la codicia es un término que describe muchos tipos de pecados . Estos incluyen deslealtad, traición  deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar.

También es la búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo  y asalto, especialmente con violencia, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia. Es de destacar también la corrupción y desigualdad social. Tales actos pueden incluir la simonía .

Los budistas  creen que la codicia está basada en una errada conexión material con la felicidad. Esto es causado por una perspectiva que exagera los aspectos de un objeto.