El narcotráfico es un fenómeno que hace mucho daño a los pueblos del mundo, pues este flagelo que tanto afecta a sectores poblacionales importantes, ha logrado permear estamentos delicados de la sociedad, especialmente áreas tan significativa como la económica, donde se ha establecido una economía subterránea como resultado del blanqueado de dinero, que lo corrompe casi todo, y permite que los actores de este delito actúen con amplios niveles de impunidad.
La mayoría de los países del mundo, por no decir todos, condena el delito de narcotráfico, y algunos han promulgado leyes tan drásticas que esta actividad es condenada con la pena de muerte. En tal sentido, se puede recordar el conocido caso en el que fueron condenados a la pena capital y ejecutados varios civiles y militares cubanos de alta jerarquía, que incluyó a un general de división, que había sido condecorado por el gobierno como héroe nacional de Cuba.
Igual ocurrió en China, donde fue condenado a muerte y ejecutado mediante inyección letal, el colombiano Ismael Arciniegas, quien había sido hallado culpable de introducir a ese país 4 kilos de droga, por los que le iban a pagar 5 mil dólares.
Otros países que condenan el tráfico de drogas con la pena capital son Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Vietnam, Indonesia, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Kuwait, y Malasia,
No es el caso de nuestro país, donde la actividad de narcotráfico ha estado cubierta con un velo de impunidad impresionante, como resultado de la corrupción y la relación que se ha creado entre estos mercaderes y agentes encargados de su erradicación.
Sin embargo, de poco tiempo para acá se ha registrado una situación sin precedentes en la historia de la lucha contra el tráfico de drogas en la República Dominicana, ya que se ha evidenciado una ruptura con las relaciones simbióticas que existían entre agentes anti drogas y narcos, a quienes se permitía actuar con libre albedrío en la comercialización del macro y el microtráfico de drogas, lo cual generaba el escarnio público ante tan vergonzante actuación.
Deben reconocerse las mejoras sustanciales y los cambios positivos que se han suscitado recientemente en la lucha contra las drogas narcóticas en el país, lo cual puede observarse con la captura de grandes alijos de drogas, compuestos de miles kilos de cocaína, y la captura de sus responsables, ya sea in fraganti o como resultado de la labor investigativa de los agentes encargados de reducir este mal a su mínima expresión.