¡Aunque no haya vacas en los corrales!

La vida del cristiano en una trayectoria de Fe. Mientras más conocimiento de Dios tenemos más disfrutamos de esa paz, que sobrepasa todo entendimiento a la que estamos llamados a experimentar por el mismo Dios. Muchas veces pensamos que por el hecho de ser cristianos todo nos debe y tiene que salir bien, que debemos estar en abundancia -financieramente hablando- y gozar en cada momento de una excelente salud, olvidándonos que en ocasiones hay que pasar por fuego para salir más fuertes y mejores formados.

En diversas oportunidades he reflexionado en torno al pasaje en la Biblia en 1ra. Juan 4:18 y 19 que nos dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero y de gratis». Muchas veces me he cuestionado sobre porqué solemos ser tan temerosos ante el porvenir…, siempre pensando que si nos sobrevendrá algún mal, preguntándonos en torno a cómo estaremos cuando nos llegue la ancianidad y a este tipo de pensamientos dedicamos un tiempo valioso, en vez de ser proactivos en aprovechar con calidad, el tiempo presente, forjando en éste, -con fe en Dios y bajo su dirección – nuestro futuro.

Hoy he entendido que amar y confiar viene de la mano. Cuando amamos a una persona no nos pasa por la mente que esa persona podría hacernos daño, en esa misma manera, pero en un grado exponencial, funciona la relación con Dios. El demostró el grado de amor hacia nosotros enviando a su Hijo Jesús, a morir en la cruz para darnos salvación y vida eterna…este es nuestro parámetro para aquilatar el grado de amor de nuestro creador por nosotros.

Tenemos que mirar la vida con optimismo, saber que hay tiempos de provisión y de sequedad en todos los órdenes de nuestras vidas, pero tal y como expresa su Palabra debemos dar gracias a Dios en toda circunstancia, «aunque no haya vacas en los corrales, la higuera no florezca, ni en las vides haya fruto» ….es asunto de confiar que Él en su momento perfecto, proveerá.

Dios tiene planes de bien y no de mal para nosotros, recordando que son planes con carácter de eternidad, que muchas veces en nuestra mente limitada a esto que tenemos frente día tras día, no comprendemos.

Decidamos confiar y no dudar, enfrentemos el reto de la vida pidiéndole al Señor que abra nuestros ojos espirituales para comprender su propósito en nuestras vidas y de esta manera vivir confiados en un futuro mejor. Solo es imposible hacerlo porque en nuestra naturaleza esta el temor.

Roguemos al Espíritu Santo de Dios que selle en nosotros su Palabra, creyendo tal y como dice La Palabra en el Salmo 91…El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente» y es que no hay nada mejor que cobijarse bajo la sombra de un árbol cuando nos encontramos en un desierto con un sol implacable, imaginemos cuanto más, si esa sombra es el Dios Todopoderoso.

Correspondamos a ese gran amor que nos regala el Señor siendo obedientes a sus mandatos que siempre redundan en nuestro bienestar. Tomemos tiempo para aprender lo que encierra el Misterio Divino y demos prioridad a conocer el carácter de nuestro Creador, aprendamos a tener una estrecha relación con nuestro Dios, pues él es un Dios de Misericordia!