Una de las características que debe exhibir un político es la capacidad de percibir las aspiraciones de la sociedad que pretende dirigir.
Parecería que los dirigentes y estrategas tanto del PLD como de la FUPU, no han podido descifrar los anhelos de una sociedad que hace tiempo superó las estrategias de miedo y espanto. Así pues, si algo no se aprecia en estos momentos es la ausencia de propuestas y más aún las voces agoreras.
La población dominicana ha salido airosa de numerosos desafíos en estos últimos años, desde pandemias hasta inundaciones, y ello ha forjado en la misma un espíritu de lucha, un deseo de salir adelante.
Vaticinar caos y desorden desentona con el momento que se vive y retrotrae a épocas superadas.
El domingo hay elecciones municipales y habrá una victoria arrolladora del PRM y sus candidatos, esta no será fortuita. Solo hay que ver como reacciona un votante frente a un afiche de Carolina Mejía y frente a uno de Julio Romero, para poner un ejemplo.
La sociedad dominicana no quiere mirar atrás, sino por el contrario, seguir abriendo las oportunidades de una generación que tiene acceso y capacidad de informarse, de investigar y decidir sin manipulaciones.
Sobre los hombros de Leonel Fernández y Danilo Medina recaerá esta primera dosis de realidad, una que ellos rehúyen y retrasan, ejercicio inútil pues el tiempo pasa, las cosas cambian y con ello la forma de hacer política.
Aún no aprenden (o se resisten a ello).