Miami.- La jueza federal Aileen Cannon se mostró este martes escéptica con el pedido de los abogados de Donald Trump para que el juicio por el manejo de los documentos clasificados comience después de las elecciones generales de 2024, en las que el expresidente aspira a ser el candidato republicano.
Durante una audiencia celebrada en una corte federal de Fort Pierce, en Florida (EE.UU.), Cannon, que el mes pasado fijó el 14 de agosto como fecha para iniciar el juicio oral, tampoco se mostró inclinada a la propuesta de la Fiscalía de que comience con la selección del jurado el 11 de diciembre. No obstante, anunció que pronto dará a conocer su decisión.
La audiencia de hoy en este tribunal a 208 km. al norte de Miami, y que se extendió por casi dos horas, supuso la primera vez que los abogados de ambas partes se sentaron frente a Cannon, la magistrada encargada del caso y que fue designada en esta corte federal durante la presidencia de Donald Trump (2017-2021).
Los abogados del expresidente, quien no acudió a la audiencia (tampoco estaba obligado), solicitaron a la magistrada que a la hora de definir la fecha de inicio de juicio con jurado tuviera en cuenta la condición de favorito de Trump para las primarias republicanas. Todd Blanche, uno de los abogados de Trump, manifestó que será imposible tener un juicio justo antes de las elecciones y aseveró que parte de la ciudadanía ve una posible influencia en este caso por parte de la actual Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, quien buscará la reelección en 2024.
El abogado de la Fiscalía David Harbach rechazó de forma categórica ese enunciado y señaló que para eliminar cualquier atisbo de “influencia política” el Gobierno designó un fiscal especial, Jack Smith, y que además los miembros del equipo son funcionarios de carrera.
Cannon no se mostró persuadida de que la condición de Trump como aspirante favorito del Partido Republicano sea argumento suficiente para retrasar el juicio hasta mediados de noviembre del próximo año, es decir justo después de las elecciones, pero sí aceptó más bien la complejidad que implica el manejo de información clasificada. Los abogados de la Fiscalía manifestaron que el proceso de selección de jurado en este caso podría durar más de lo habitual y que por esa misma razón el juicio debería comenzar antes de fin de año.
Quien sí acudió hoy a la sala acompañado de su abogada fue Waltine Nauta, el asistente personal del exmandatario que está también acusado por el presunto mal manejo de documentos clasificados que fueron recuperados en 2022 por las autoridades estadounidenses de la vivienda de Trump en Florida. La audiencia en Fort Pierce quedó eclipsada por la información suministrada hoy por el propio Trump acerca de una carta que recibió del fiscal especial Jack Smith este domingo avisándole que es objeto de una investigación por el papel que desempeñó en la toma del Capitolio el 6 de enero de 2021 por parte de una turba de sus seguidores.
En los exteriores de la corte hoy solo había cerca de una decena de periodistas, pero no opositores o partidarios del expresidente.
Sí los hubo en la audiencia de lectura de cargos celebrada el pasado mes en un tribunal federal de Miami, donde se congregaron cientos de partidarios y críticos de Trump.
En aquella ocasión, el expresidente se declaró no culpable de los siete delitos federales que afronta, entre los que figuran retener deliberadamente documentos relacionados con la defensa de EE.UU., así como obstruir a la justicia y ocultar “de manera corrupta» documentos o registros.
En una audiencia posterior, también en Miami, Nauta igualmente se declaró no culpable de los seis delitos de los que es acusado por el equipo del fiscal Smith. Quien fuera asistente militar de Trump durante su Presidencia es señalado por la Fiscalía como uno de los que movió dentro de la mansión del republicano en Mar-a-Lago, en Palm Beach (costa este de Florida), cajas con documentos oficiales para que los agentes del FBI y los abogados del expresidente supuestamente no pudieran encontrarlas. Trump alega que esta causa por los documentos clasificados y otras que tiene abiertas forman parte de una “cacería de brujas» supuestamente desatada contra él por el presidente Joe Biden para impedirle llegar de nuevo a la Casa Blanca.