David Alvarez
Para los tontos el azar es sabiduría. Justo horas antes del discurso de Danilo Medina en la Asamblea Nacional aparecieron las fotos de un grupo de evangélicos que en diversas partes del mundo se identifican con la consigna de Tomando Nuestro Territorio (TNT).
Oportuno para calentar las fantasías xenófobas de funcionarios del gobierno y dirigentes políticos que no toleran la existencia de Haití y los haitianos al oeste de nuestra isla.
Incluso cuando Edwin Paraison, de la Fundación Zile, explicó la naturaleza de dicho grupo religioso, fue inculpado de manera grosera de participar en las actividades proselitista del TNT. Puro cuento para asustar a los más tontos en una fantástica trama de ocupación territorial.
Quizás esa chercha disuadió al Presidente de impulsar en su discurso la aprobación de una legislación que regularice a dominicanos y extranjeros de origen haitiano.
No lo sé, pero una cosa es segura, la causa del nacionalismo xenófobo -porque hay otro tipo de nacionalismo que no es xenófobo- carece de racionalidad y se parapeta tras mentiras y mitos para propagar su causa.
La Fundación Zile -de la cual soy vicepresidente- es una organización sin animo de lucro cuya misión es trabajar para preservar la paz, extender la cooperación y reforzar los lazos de amistad y de solidaridad entre la República dominicana y la República de Haití.
Por ese tipo de nacionalismo milito, porque favorece a dominicanos y haitianos, por su bienestar material, la cooperación pacífica y el respeto mutuo.
