Atención absoluta

Atención absoluta

Atención absoluta

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

Cada vez que me he enfrentado al dolor de la pérdida de un ser amado, he vivido experiencias de gran aprendizaje.

La ausencia definitiva de un ser amado, además de la tristeza que causan, es una oportunidad que nos empuja a la “atención absoluta”, de aprovechar el aquí y el ahora, pero sobretodo “ser agradecidos por el tiempo compartido”.

En el día a día, damos por sentado que los que nos rodean siempre estarán presentes o que siempre estaremos presentes para ellos. No nos preparamos para partir ni ver partir a otros.

La gran lección de todas es que la muerte es tan normal como la vida misma por lo que no debemos dejar pasar ni un segundo sin valorar y mostrar amor a las personas que nos rodean.

Este último año de tantas perdidas debido a la pandemia ha sido agotador y extenuante. Ya sea por el Covid u otras razones, nuestro cuerpo está más sensible de lo normal… nuestras mente y alma viven en alerta y esto incide de manera negativa en nuestras emociones.
Es en tiempos como estos que no podemos darnos el lujo de cerrarnos.
Reconocer y aceptar el dolor es el primer paso para sanar el dolor.

Al sentir nuestras heridas podemos aprender a sanarlas.
Al sentir nuestro pesar, podemos aprender a manejarlo y superarlo.
Al sentir nuestra ternura, podemos compartirla con otros y multiplicarla.
Al sentir la aceptación, podemos afrontar lo inevitable para seguir adelante.

La única manera en que podemos aprender los secretos de la supervivencia es estando ahí, en el momento indicado, sin negarnos a sentir, en atención absoluta. De esta manera podemos sentir la fuerza de la vida que existe en todo lo que nos rodea, aún si ya no está a nuestro lado.

Cuando sientas dolor, trata de ser como el agua que fluye… y da gracias.
Cuando te sientas abrumado, observa las pequeñas cosas que te rodean… y da gracias.
Cuando te sientas acabado, observa como la vida nace a tu alrededor… y da gracias.

Cuando te sientas solo, recuerda que la inmensidad del mundo… y da gracias.
Cuando hayas brindado tu atención absoluta a lo que te rodea, retornarás, gota a gota, a la marea de la vida en gratitud.



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