BEIRUT.-Observadores de la ONU fueron atacados el martes con piedras, barras metálicas y armas de fuego para impedirles inspeccionar una ciudad tomada por los rebeldes y sitiada por el ejército donde se teme que haya civiles atrapados por los bombardeos del gobierno.
El ataque provino de una turba enardecida cerca de la ciudad de Hafá, dijo la ONU. No fue claro el origen de los disparos, pero los vehículos se alejaron de Hafá y los monitores resultaron ilesos.
Los activistas culparon del ataque a las fuerzas leales al régimen. La violencia ha suscitado dudas sobre las posibilidades reales de unos 300 monitores desarmados para ofrecer una evaluación útil en un país que está en espiral hacia la guerra civil.
«Todos los observadores de la ONU están de vuelta en sus bases y están a salvo», dijo Sausan Ghosheh, una portavoz de los observadores de la ONU en Siria.
Dijo que los monitores han estado tratando de llegar a Hafá desde el 7 de junio. Mientras tanto, el jefe de pacificación de la ONU, Herve Ladsous, dijo que el conflicto en Siria se ha agravado y que ahora es una guerra civil.
«Sí, creo que se puede decir eso», dijo Ladsous en una entrevista a las agencias Reuters y AFP, confirmó su portavoz.
Los observadores de la ONU han atestiguado un fuerte aumento de la violencia y un cambio peligroso en las tácticas usadas por ambos bandos en Siria en los últimos cinco días, dijo el portavoz, Kieran Dwyer.
El gobierno sirio, que intenta recuperar el control en zonas tomadas por los rebeldes, está cañoneando barrios densamente poblados y usando helicópteros de ataque sobre las ciudades «con un impacto devastador sobre la población civil», agregó.