Hay que concluir que la tozudez y la obstinación, siempre poniendo por encima de todo intereses económicos, son males que se practican en todos los estamentos de la sociedad, porque no es posible que se ignoren olímpicamente medidas que tienen como objetivo primordial proteger vidas, debido a la pandemia de Covid-19, y sus diferentes variantes, que desde hace unos dos años afecta al mundo.
Llama poderosamente la atención que la Liga Dominicana de Béisbol Profesional, después de arribar a acuerdos con el ministerio de Salud Pública, sobre los protocolos que debe cumplir en los estadios, se esté haciendo de la vista gorda y oídos sordos, incumpliendo con todo lo acordado, ante la mirada de todos.
Aunque no se le puede echar la culpa de todos los casos reportados en los últimos días, dado que aquí todo el mundo hace lo que más le conviene, no hay duda que la concurrencia a los partidos de béisbol, de seguro ha tenido mucho que ver con el incremento exponencial de contagiados.
La Liga de Béisbol, en sus años de existencia se ha ganado el reconocimiento de la mayoría de la población, por lo que debe adoptar medidas más estrictas en la aplicación de los protocolos sanitarios acordados, o de lo contrario, Salud Pública está en el deber de tomar las medidas correspondientes, sin temor ni favor, solo aplicando las medidas pertinentes en este o cualquier otro caso de incumplimiento.
Ese espectáculo, aparte de ganar dinero, debe tener también como objetivo, dado que el fanático es la materia prima, proteger su integridad en todos los sentidos.
De aquí en adelante, la decisión al respecto, la tienen la Liga de Béisbol, y el ministerio de Salud Pública, que se ha venido haciendo de la vista gorda ante las violaciones constantes en los diferentes estadios.
RADARES.- Varios dirigentes del Comité Olímpico están dando pasos urgentes para tratar de que la sangre no llegue al río. Sin embargo, algunos consideran que las contradicciones entre los grupos enfrentados es tan grande que las diligencias en ese sentido no serán fructíferas, lo que constituiría un golpe letal a las aspiraciones de un buen 2022 en deportes.