El campocorto de los Astros de Houston Carlos Correa lanza a primera durante una práctica de béisbol el miércoles 6 de octubre de 2021 en Houston.
Houston (EE.UU.),.- Los Astros vuelven a estar en los playoffs y el campocorto puertorriqueño Carlos Correa se convirtió en uno de los pilares para conseguirlo, pero una vez que concluya la competición de octubre será uno de los agentes libres más cotizados del mercado.
El propio jugador es consciente que la posibilidad de tener que dejar la franquicia que le seleccionó con el número uno en el sorteo aficionado cuando había cumplido 17 años cada día que pasa es mayor. “Esta es mi casa”, declaró Correa a los periodistas antes que el equipo a partir de este jueves comience la Serie Divisional de la Liga Americana contra los Medias Blancas de Chicago.
“Pero no depende de mí”, agregó. Los Astros parecen no estar dispuestos a pagarle lo que seguramente otro equipo le ofrecerá.
Las partes negociaron en la temporada baja sin éxito, y el campocorto estrella cortó las conversaciones cuando comenzó la temporada regular para que no fueran una distracción.
Ciertamente no ha lucido preocupado en el campo este año, con 26 jonrones y liderando a todos los jugadores de posición con un WAR general de 7.2 y un WAR defensivo de 2.9, pero los duelos contra los Medias Blancas, si Houston queda eliminado, podrían ser los últimos partidos que dispute con los Astros.
“Solo espero que haya una manera de retener y fichar a Carlos, porque él es una gran parte de este equipo, no solo en el campo, sino que es uno de los verdaderos líderes”, declaró el manejador de los Astros, Dusty Baker.
El gerente general de los Astros, James Click, desvió las conversaciones sobre el futuro de Correa y se limitó a decir que “no es el momento». Con su futuro en el limbo, Correa reflexionó sobre lo que este equipo ha significado para él mientras crecía y todas las grandes experiencias que ha tenido desde que en el 2012 fue seleccionado con el número uno. “Cuando te toman con la primera selección general, siento que toda la presión debería recaer sobre ti para mejorar esta organización que perdió 107 partidos”, comentó Correa.
“Durante mi tiempo aquí he cumplido y he hecho cosas buenas. Ganar un campeonato estuvo a la altura de eso, pero también representar a este equipo de la manera correcta fuera del campo, eso me enorgullece». Quizás la única persona cercana a Correa que se muestra optimista de que estará cerca el año que viene sea su buen amigo, el segunda base venezolano José Altuve, quien constantemente le dice que habrá “alguna manera” de mantenerlo en Houston. “Pero él no escribe los cheques, no negocia los contratos”, dijo Correa.
“Aunque reconozco que él tiene poder dentro de esta organización y veremos a ver lo que sucede». Los Astros no tienen un historial de gastar mucho en agentes libres.
Lo máximo que el dueño Jim Crane le ha pagado a un agente libre fue un contrato de cuatro años y 52 millones de dólares con el jardinero Josh Reddick en 2017.
Ese número ni siquiera arañaría la superficie de lo que Correa espera que le paguen. Dice que su amigo y compañero campocorto Francisco Lindor preparó el mercado para el puesto cuando obtuvo un contrato por 10 años y 341 millones de dólares con los Mets de Nueva York antes de esta temporada. Cuando se le pregunta si ese es el tipo de contrato que está buscando, Correa no responde directamente y señala que el WAR de su carrera (34.1) es más alto que el de Lindor (31.1) y ha tenido alrededor de 800 turnos al bate menos. Correa ganó el Novato del Año de la Liga Americana en 2015 y rápidamente se convirtió en un rostro de la franquicia cuando los Astros regresaron a ser un equipo con marca positiva. Además de ser clave en el título de la Serie Mundial en el 2017 también ha dado siempre la cara con el escándalo del robo de señales a los receptores rivales y defendido que tienen calidad para ganar a cualquier rival como lo han demostrado en las últimas tres temporadas que han estado en los playoffs.
Quiere quedarse, pero insiste en que no le duele el hecho de que los Astros aún no se hayan asegurado de que lo hará. “Tienen que hacer lo que tienen que hacer para ayudar a esta organización a seguir en la dirección correcta”, analizó. “Construimos algo especial aquí, así que me encantaría ser parte de eso en los próximos años. Pero entiendo cómo funciona el negocio, por lo que nunca habrá resentimientos». De ahí que ante los Medias Blancas su única preocupación será iniciar el camino a lo que pueda ser su segundo título con los Astros y tal vez el de la despedida.