Para saber si portamos una encía completamente sana no necesitamos ser odontólogos, hay signos muy fáciles y simples de comprender, los cuales nos permiten establecer una conclusión provisional de si existe o no alguna enfermedad.
Una encía sana tendrá un color rosa pálido, lo que indica que la irrigación sanguínea es la adecuada en dicha zona, en ciertos pacientes tiende a tener un tono más oscuro, algunas veces color marrón, debido a la pigmentación de piel de la persona.
El grosor de una encía saludable es fino, una capa delgada que cubre las raíces dentales. De igual manera la encía correcta protege en su totalidad la longitud de la raíz, cuando no es así quiere decir que se ha retraído por alguna razón.
En muchas personas suele notarse un ligero punteado de aspecto similar al de una cáscara de naranja, principalmente en la encía que cubre los dientes anteriores (delanteros), en otras personas puede que no esté presente dicho puntilleo pero no es determinante para descartar una buena salud.
Otro aspecto importante es el sangrado, por el único motivo que debe presenciarse un sangrado es por trauma o herida; el cepillado dental, pasarse el hilo y comer no deben provocar un derramamiento de sangre por leve que fuese, esto indicará que estamos presentes ante una enfermedad.
Por otro lado, es bueno saber que para que exista un problema gingival no deben estar todos los signos presentes al mismo tiempo, con que solo uno esté latente significa que carecemos de una salud gingival.
Es bastante importante dominar y memorizar estos aspectos, ya que nos alertan y nos indican que es hora de acudir a un profesional para resolver el problema, curar la enfermedad y sobretodo mantenerla.
Dios les bendiga abundantemente.
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