José Báez Guerrero
Los dominicanos podemos enorgullecernos de la defensa de la democracia del Gobierno ante la usurpación del dictador Maduro. Empero, muchas declaraciones de Estados Unidos pidiendo restaurar la legalidad electoral en Venezuela me recuerdan otras similares, de cuando los Castro cumplían tres décadas de gobernar. Ya van 64 años de brutal comunismo en Cuba.
Incapaces de sostener su régimen sin apoyo de la extinta URSS ni su fracasada economía, los dirigentes cubanos han secuestrado la patria de Bolívar.
Están soldados a su aparato de seguridad con titanio. En la OEA, ese club washingtoniano para debatir ineficazmente cuestiones políticas latinoamericanas, surgió ayer una tímida declaración instando a continuar gestiones diplomáticas para revertir la ilegítima investidura de Maduro.
Apenas 14 de 34 Estados miembros firmaron: Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay.
Notorios faltantes son Brasil, Colombia y México. Caracas sólo se libra de su dictadura con candela o si aparecen algunos mocanos. Dudo algún pronto final sin acciones duras por su pueblo o las potencias democráticas.
Cuba, Rusia, China, Irán, Nicaragua y las petroleras no aflojan su control dizque con diplomacia. Pero los dominicanos estamos del lado correcto abogando por la libertad, legalidad y prosperidad de ese pueblo hermano.
