La grave crispación sociopolítica de las últimas dos semanas por causa del proyecto de reforma tributaria pretendido por el Ministerio de Hacienda, deja valiosas lecciones de alta política, comunicación y relaciones públicas. Mucho se ha dicho y escrito.
Voceros empresariales que culipandearon cuando debieron asumir una defensa de principios y legítimos intereses, ahora aplauden oportunistamente.
Por eso quiero compartir este post de Ligia Bonetti, por su tremendo valor: “La grandeza de un verdadero líder no se mide solo por su capacidad de imponer o de mantener el orden con los pies firmes, sino por su habilidad para escuchar el latido del corazón de su pueblo.
Hoy, el presidente demostró que el coraje y la sabiduría, pueden ir de la mano con los valores y la humildad. Ojalá todos aprendiéramos de este ejemplo.
En el pasado, otros optaron por imponer reformas sin escuchar, pero hoy vemos un líder que nos invita a trabajar unidos, con fe y esperanza, hacia un futuro de crecimiento y prosperidad para todos.
No olvidemos este momento: el triunfo no es de una parte, el triunfo es el verdadero significado de un liderazgo democrático; y de toda la nación”. Así mismo es, Ligia.