La farmacéutica estadounidense Moderna anunció que espera producir durante 2021 600 millones de dosis de su vacuna.
Bruselas.- La vacuna de Pfizer y BioNTech y la de Moderna son las dos primeras contra el covid-19 cuya comercialización se ha aprobado en la Unión Europea, y Bruselas ha adquirido 460 millones de dosis de ambas, pero- ¿cómo funcionan y en qué se diferencian del resto?
Las vacunas funcionan “preparando el sistema inmunológico de una persona”, es decir, las defensas naturales del cuerpo humano, “para reconocer y defenderse” contra una enfermedad específica, en este caso, la generada por el SARS-CoV-2.
En este sentido, la mayoría de las investigaciones que se están llevando a cabo sobre las vacunas anti-covid-19 implican la generación de respuestas a toda o a una parte de una proteína que es única del virus y que causa el coronavirus, de forma que cuando una persona recibe la vacuna, ésta “desencadena una respuesta inmunológica”.
La mayoría de estas vacunas requieren dos dosis para crear inmunidad y, si la persona se infecta con el virus más adelante, el sistema inmunológico reconocerá el virus y estará preparado para “atacar el virus”.
LAS VACUNAS APROBADAS POR LA UE UTILIZAN ARN MENSAJERO
Tanto la vacuna de Pfizer y BioNTech como la de Moderna, ambas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y que han obtenido la licencia de la Comisión, utilizan ARN mensajero.
“Este tipo de vacunas contienen parte de las ‘instrucciones’ del virus que causa la covid-19”, explica la Comisión Europea, lo que “permite que las propias células del cuerpo produzcan una proteína que es única del virus”.
De este modo, el sistema inmunológico de la persona reconoce que esta proteína única no debería estar en el cuerpo y responde produciendo defensas naturales contra la infección por covid-19.
Este es también el mecanismo que utiliza la vacuna que está desarrollando la compañía biofarmacéutica alemana CureVac, con la que la Comisión también ha firmado un contrato, pero que aún no ha solicitado el visto bueno de la EMA.
VACUNAS BASADAS EN PROTEÍNAS
Las vacunas basadas en proteínas contienen fragmentos de una proteína que es única del virus, “suficientes para que el sistema inmunológico de la persona reconozca que la proteína única no debería estar en el cuerpo y responda produciendo defensas naturales contra la infección por covid-19”, explica el Ejecutivo comunitario en la misma nota.
Entre las farmacéuticas con las que la Comisión ya ha firmado acuerdos y que están desarrollando este tipo de vacunas se encuentra el grupo farmacéutico Sanofi y el británico GSK, que anunció el pasado mes de diciembre que no estará lista hasta, al menos, el cuarto trimestre de 2021 por la “respuesta insuficiente” entre los adultos de más edad.
VACUNAS DE VECTORES VIRALES
Según apunta la Comisión, la vacuna de vectores virales “utiliza un virus diferente e inofensivo para entregar las ‘instrucciones’ del virus que causa la covid-19”, lo que permite que las propias células del cuerpo produzcan la proteína única del virus que provoca esta enfermedad.
De este modo, el sistema inmunológico de la persona reconoce que esta proteína única no debería estar en el cuerpo y responde produciendo defensas naturales contra la infección por covid-19.
Este es el funcionamiento de las vacunas desarrolladas por AstraZeneca-Oxford (Reino Unido) y Johnson & Johnson (EEUU), con las que la Comisión también ha firmado contratos, pero aún no ha solicitado su autorización por parte de la EMA.