Así es como la ciudad desértica de Phoenix resiste el calor

Así es como la ciudad desértica de Phoenix resiste el calor del verano

Así es como la ciudad desértica de Phoenix resiste el calor del verano

Un excursionista fotografía la salida del sol el lunes 17 de julio de 2023, sobre el valle que domina la cima de South Mountain, en Phoenix. (AP Foto/Matt York)

PHOENIX — La ola de calor de este verano ha sumido a gran parte de Estados Unidos en una experiencia penosa y empapada de sudor. Los récords de temperatura máxima siguen batiéndose a medida que las temperaturas se siguen elevando, y millones de personas buscan alivio a gritos.

La ciudad más desértica del país ha soportado desde hace mucho tiempo un calor brutal. Y se pueden aprender muchas lecciones de la gente que vive en una ciudad tan abrasadora que lleva el nombre del mítico pájaro que nació de sus cenizas.

Estas son algunas de las formas en las que los residentes del área metropolitana de Phoenix han aprendido a adaptarse a un calor que para otros es insoportable.

AIRE ACONDICIONADO: UN PRODUCTO DE PRIMERA NECESIDAD

Los patios traseros de Phoenix son una sinfonía del clásico zumbido de los sistemas de aire acondicionado, especialmente a partir de la primavera cuando las unidades monstruosas cobran vida.

El aire acondicionado es tan vital en el desierto que ciudades como Phoenix, Tempe y Scottsdale han adoptado ordenanzas locales relativas a los sistemas de enfriamiento, que obligan a los propietarios de casas de alquiler a mantener las temperaturas por arriba de cierto tope mínimo.

Las unidades de enfriamiento son tan grandes que generalmente se instalan en los techos con la ayuda de grúas.

“Mi aire acondicionado en este momento está funcionando casi todo el tiempo”, afirma Naomi Evelan, una residente de Scottsdale desde hace mucho tiempo. “Y estoy preocupada porque cuando lo tengo configurado en 27 grados Celsius (80 grados Fahrenheit), por ejemplo, en realidad no baja de 28 (82 F)… Está trabajando muy duro”.

CALOR QUE QUEMA

Las aceras están tan calientes como para freír un huevo, por lo que ciertamente están lo suficientemente calientes como para quemar los pies humanos. El año pasado, el Arizona Burn Center registró 85 admisiones por quemaduras relacionadas con el calor durante los meses de verano.

Alguien puede desmayarse por el calor o sufrir cualquier otra emergencia médica y quemarse con el asfalto caliente, alerta el doctor Geoff Comp, un médico de urgencias.

El daño, incluidas las ampollas y el desprendimiento de la piel, puede ocurrir en cuestión de minutos, agrega Comp.

¿Qué hacen las personas para evitar llegar a una sala de urgencias? Vistiendo capas protectoras de ropa y comprendiendo sus propios límites en el exterior.

La gente coloca manijas de espuma en las perillas de metal de las puertas exteriores, a fin de proteger las manos vulnerables a temperaturas tan calientes. Los dueños de mascotas les ponen botines para evitar que sus patas se chamusquen.

CONSIGUIENDO SOMBRA

Con más de 300 días soleados al año, el estado de Arizona casi echa chispas. Más allá de untarse con protector solar, los habitantes del desierto tienen otras formas de mantener a raya los rayos UV.

Muchos colocan telas de todo tipo en las ventanas de sus casas: las cortinas solares bloquean la luz ultravioleta y son un negocio próspero en Phoenix.

Las ventanas de los automóviles tienen películas polarizadas, en los estacionamiento de las tiendas hay estructuras de sombra y es raro ver un patio de recreo sin sombrillas metálicas.

También hay formas de crear sombras de manera natural, mejor conocidas como árboles. La empresa eléctrica Salt River Project ofrece a sus clientes árboles de sombra gratis para su propiedad si asisten a un curso vía Zoom.

Entre las especies de árboles que ofrecen copas de crecimiento rápido que impiden el paso del sol están los mezquites, el palo verde y el sauce del desierto.

Phoenix y Tempe tienen planes maestros para la colocación de árboles y sombras con diseños capaces de cubrir una cuarta parte de sus ciudades con sombras.

Algunas personas que evitan el sol a toda costa usan guantes mientras conducen, con el beneficio adicional de protegerse de un volante que podría quemar al tacto.

PÁJAROS MADRUGADORES

Una de las mejores formas de evitar el sol es levantarse antes de que salga. Los parques para perros se llenan antes del amanecer con mascotas jadeantes. Los corredores aprovechan el pavimento frío mientras los ciclistas usan senderos en las primeras horas de la mañana. Los palos golpean las pelotas de golf antes de que las alarmas de la mayoría de las personas los despierten.

“Reorganizamos nuestros horarios”, explica Heather Moos, quien ha vivido en el área durante 22 veranos y regresa a casa con su perro desde el parque antes de las 7 de la mañana. “Nos levantamos antes de que salga el sol. Básicamente, llegamos al parque para perros alrededor de las 5:00 de la mañana”.

Llevando las cosas más allá, hay sitios del desierto tan calientes que permanecen abiertos en plena oscuridad. El Jardín Botánico del Desierto organiza noches de linternas, en las que los visitantes pueden pasear por sus espacios bajo las estrellas. Los halcones nocturnos vuelan por encima mientras los escorpiones brillan bajo las luces ultravioleta.

El Boyce Thompson Arboretum tiene eventos similares que también muestran a las criaturas nocturnas de Arizona.

“Supongo que tenemos que ser vampiros en este tipo de clima”, agrega Moos.

EN BUSCA DE OASIS

Las piscinas son una parte tan importante del paisaje de Phoenix como el cactus saguaro, pero con temperaturas tan altas, algunas pueden calentarse tanto que parecen bañeras.

Hay empresas que ofrecen la instalación de sistemas para enfriar el agua, pero existen métodos más simples. Pueden colocarse rociadores de agua sobre las piscinas para mantenerlas frescas.

En algunos restaurantes también son comunes los rociadores para refrescar a los comensales.

Una residente de mucho tiempo, Sandy Fam, acostumbra ponerse una toalla mojada alrededor del cuello para mantenerse fresca. “He estado haciendo esto durante años”, relata.

Y mientras Fam vive con relativa comodidad, dice estar preocupada por los que no. “Lo siento por las personas que tienen problemas” para poder pagar el aire acondicionado. Ellos son los que realmente sufren, afirma.



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