Félix “Diamante” Verdejo era para los puertorriqueños todo lo que supone su apodo: una brillante promesa del boxeo, que daría nuevamente gloria a la isla en un deporte por el que se destaca internacionalmente desde hace décadas.
Pero el deportista, quien participó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, es el protagonista de una trama atroz que desde hace más de dos años conmociona al territorio estadounidense.
Está acusado de asesinar violentamente a su amante Keishla Rodríguez Ortiz, una joven embarazada de 27 años que fue golpeada, drogada y cuyo cuerpo fue lanzado a la laguna San José de San Juan.
El crimen, ocurrido el 29 de abril de 2021, generó un enorme repudio en la isla, donde se realizaron protestas en contra de la violencia de género y el duelo por la víctima se extendió a nivel nacional.
Verdejo, quien actualmente tiene 30 años, permanece en prisión preventiva sin fianza en una cárcel de Puerto Rico, luego de ser identificado como el presunto autor del crimen por parte de las autoridades federales de EE.UU., que cuentan con el testimonio del cómplice que presuntamente ayudó al exboxeador durante el asesinato.
Desde hace tres semanas, Verdejo enfrenta un juicio en una corte de la isla, acusado de secuestro con resultado de muerte, robo violento de vehículo con resultado de muerte, homicidio de un niño por nacer y el uso de un arma de fuego durante la comisión de un delito violento.
El acusado, que podría ser candidato a la pena de muerte, se declaró no culpable.
El homicidio
La madre de la víctima, Keila Ortiz, la reportó desaparecida el 29 de abril de 2021, e informó a las autoridades de que la joven estaba embarazada, seiendo presumiblemente Verdejo el padre, y que entre los planes que tenía ese día estaba encontrarse con el boxeador para contarle su estado de gestación.
Keishla, quien el mismo 29 de abril debía acudir a trabajar, nunca se presentó en el lugar de aseo de animales donde estaba empleada. Tampoco respondía su teléfono.
Más tarde, las autoridades encontraron su camioneta en una municipalidad del este de Puerto Rico y, días después, el 1 de mayo, hallaron su cuerpo flotando en la laguna San José, ubicada en la capital, y sobre la que se encuentra el puente Teodoro Moscoso, que da acceso a quienes llegan al principal aeropuerto de Puerto Rico y salen de él hacía su área metropolitana.
La joven fue asesinada el mismo 29 de abril, relató en el juicio el testigo estrella de la fiscalía, Luis Antonio Cádiz Martínez, el cómplice que se declaró culpable en 2022.
De acuerdo con el diario local El Nuevo Día, el exboxeador y su cómplice fueron presuntamente a buscar a Rodríguez Ortiz temprano en la mañana, y ella les mostró su prueba de embarazo.
Y, justo después de que Verdejo le dijera “no va a pasar nada”, Cádiz Martínez, quien estaba en la parte de atrás del vehículo, la agarró por el cabello, mientras el acusado le dio un puño en la quijada.
Acto seguido, presuntamente le habrían inyectado a la joven fentanilo y heroína, le amarraron de pies y manos a un bloque de concreto, y lanzaron su cuerpo desde el puente Teodoro Moscoso al agua.
Verdejo, según El Nuevo Día, se habría lanzado al agua “con un pedazo de alambre en la mano para mover el cuerpo y atarle el cuello”.
Cádiz, por su parte, presuntamente disparó desde el puente en un intento de acabar con la vida de Keishla, pero falló.
La víctima murió ahogada, según los expertos forenses.
El juicio
En las tres semanas de juicio, la fiscalía incluyó a 31 testigos, entre los que estuvieron familiares de la víctima, incluida su madre, así como Luis Antonio Cádiz Martínez, cómplice de Verdejo.
El Ministerio Público también presentó pruebas como llamadas y mensajes de texto, así como imágenes de cámaras de circuito abierto.
Una vez en el estrado, Cádiz Martínez contó que el asesinato se planificó el día antes, el 28 de abril, y que fue él quien reunió los cables de metal para amarrar a la víctima, consiguió el bloque de concreto y también la droga.
También se presentaron imágenes en video que, aunque de forma borrosa, muestran presuntamente a Verdejo en el puente Teodoro Moscoso, desde el que se lanza al agua.
De la misma forma, un experto del FBI testificó que, luego de rastrear los móviles de la víctima y de Verdejo el día de los hechos, comprobaron que los aparatos estuvieron en la misma localización. Es decir, tanto en la casa de Keishla como en el puente. Los registros de llamadas también muestran que hubo comunicación entre ellos.
En el juicio ha habido incongruencias de algunos testigos incluyendo a Cádiz Martínez, quien admitió haber mentido en un principio a las autoridades al decir que fue Verdejo quien disparó desde el puente y no él, algo que la defensa ha utilizado para minar su credibilidad.
Precisamente, ahora es el turno de los abogados del exboxeador en un proceso que se espera dure varios días más.
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