Rafael Molina Morillo, director de El Día
Tocaron el timbre del portero electrónico de una casa y al que contestó le preguntaron:
– ¿Usted es Fulano de Tal, con cédula de identidad y electoral # xxx-xxxxxxx-x?
El señor dijo que sí.
“Venimos a entregar un escrito judicial”, le respondieron.
El hombre de la casa les dijo desde adentro que eso no podía ser, porque él no tenía problemas con la justicia. Los de afuera le contestaron:
“Señor, si usted no colabora va a tener serios problemas con la justicia”.
El señor bajó y les abrió la puerta. Vestían de civil y mostraron credenciales. Una vez adentro, lo encañonaron, lo obligaron a entrar a su casa, lo maniataron y le robaron todo.
El relato que antecede me lo envió una amiga lectora y ocurrió en la vida real. Posteriormente, poniendo candado después del robo, un abogado opinó que, para conocer los números de la cédula pudieron usar los padrones electorales, y que antes de bajar a abrir la puerta, el señor del cuento debió decirles a los asaltante:
-“Muy Bien, en este momento le estoy marcando por teléfono a la Policía para comprobarlo”. ¡Y hacerlo o marcar el 911!
Es importante difundir este nuevo modelo de delincuencia, alertando a parientes y amigos.
Si van a tu casa y te dicen que traen un escrito o notificación judicial, etc., ¡no dejes entrar a nadie! Si es verdad que tienen una orden judicial, únicamente pueden entrar con policías vestidos como tales y con orden del juez, nunca de civil.
En general van dos policías con patrulla, etc. No abras la puerta de tu casa a nadie desconocido, para evitar consecuencias adversas.
