Este 10 de julio de 2015 se cumplirán 72 aniversarios del natalicio del primer tenista negro en llegar a ser el número uno de la ATP.
0Su aporte al antisemitismo y su rol de filántropo quizás hacen olvidar aquella hazaña, de cómo un niño de color, cuya infancia estuvo marcada por las dificultades de salud, la segregación ración racial y las faltas de oportunidades, no poder acceder a ningún club privado, porque sencillamente estaba prohibido, se convirtió en un ícono de la cultura americana.
Estuvo en el puesto número uno del mundo en 1968 y 1975, luego de haber jugado en treinta y tres torneos, destacándose como ganador en Wimbledon, en 1975; y el Open de Australia, en 1970, así como el Open USA, en 1968.
Arthur Robert Ashejr., de un ghetto de Richmond, Virginia (EE.UU), fue el más destacado tenista de color en la historia de esa disciplina en los Estados Unidos.
El mundo conocería, sin embargo, las verdaderas cualidades del hombre, de carácter manso y apacible, pero recto, mozo educado, incapaz de ir en contra de los árbitros, pero firme en su lucha por los desprotegidos del mundo. Declaró una vez: “es más duro ser negro que tener el sida”.
Ashe anunció en 1992 que padecía el sida tras afectarse en 1983, mediante una transfusión de sangre en la segunda operación a corazón abierto a la que fue sometido.
Desde entonces se dedicó a buscar fondos para la fundación que creó para luchar contra la enfermedad, y para concientizar a los pobres de los verdaderos retos de la sociedad. En ese proceso se le vio muy activo luchando contra el apharteid, ejerciendo protestas en las calles, estuvo preso en más de una ocasión, fue amigo de Nelson Mandela, y sirvió a su causa, en Sudáfrica.
Rompió barreras sociales; como lo hicieron en su generación SydneyPoitier en el cine, y Miles Davis en la música.
Su esposa Jeanne Marie y su hija Camera Elizabeth le inspiraron páginas muy emotivas, las cuales convirtió en los libros: “A hard road to glory” (El difícil camino de la gloria) y “Days of grace” (Días de gracia), donde relata la suerte de los atletas afroamericanos desde 1,619 hasta nuestros días, y donde narra el drama de la enfermedad junto a su familia, respectivamente, publicados tras su fallecimiento, en 1993.
Su legado ha perdurado. En la avenida Monument en Richmond (Virginia), se ha erigido una estatua que conmemora a Ashe; el estadio principal para el Abierto de Estados Unidos, que es el torneo más importante de tenis del país, lleva el nombre de Arthur Ashe Stadium y pertenece al Salón de la Fama del Tenis desde 1985.