Los humoristas que trascienden suelen estar dotados de un genio por encima de la media de sus contemporáneos o tener alguna formación humanística.
El bagaje cultural de humoristas como Freddy Beras Goico, Milton Peláez, Roberto Salcedo, Felipe Polanco y Cuquín Victoria los coloca entre los grandes conocedores de la idiosincrasia del pueblo dominicano.
Descubrieron que como pueblo somos especiales no por estar “en el mismo trayecto del sol”, sino porque “aplatanamos” todo.
Lo que no se “aplatana” en este país tan especial corre el riesgo de fracasar, incluido el análisis político.
En el estudio de las ideas políticas el “aplatanamiento” de la reflexión es indispensable para entender, por ejemplo, que las etiquetas de liberales o conservadores en República Dominicana son una ficción.
Los que se sienten “intelectualoides” por usar esas etiquetas les resulta difícil explicar cómo los líderes conservadores han impuesto la reforma agraria, crearon el sistema nacional de áreas protegidas y mantuvieron posturas críticas contra el “Acuerdo de Washington”.
También les resultará difícil explicar el financiamiento de la USAID o la adhesión a la agenda del “imperialismo yanqui” de grupos que dicen ser liberales
Una explicación “aplatanada” es que las ideologías en República Dominicana son un “arroz con mango”.
Al tirar una mirada a la historia reciente se concluye que quienes mejor han sabido interpretar ese “arroz con mango” ideológico del dominicano han logrado llegar al poder.
Bosch ganó en 1962 con el voto de los trujillistas que temían al radicalismo discursivo de la Unión Cívica, un terrateniente-ganadero como Antonio Guzmán sustituyó a Balaguer en 1978 y le siguió un Salvador Jorge Blanco que trajo el Fondo Monetario Internacional, luego retornó Balaguer que dejó como “heredero” a un Leonel Fernández que dio su giro a la derecha. Un empresario agropecuario como Hipólito Mejía puso una pausa a Leonel, que retornó en 2004 para luego pasarle la antorcha al pragmático Danilo Medina.
Todos han logrado llegar al poder por interpretar ese “arroz con mango” ideológico del dominicano. Fíjese que los que se asumen como “derechistas” o “izquierdistas” radicales difícilmente han logrado sacar una gata o un gato para que vaya al excusado.