Hay que reconocer los avances que ha tenido el país en el cine. Gracias al expresidente Leonel Fernández por impulsar la Ley de Cine con incentivos que han repercutido favorablemente, hasta el punto de que figuras de relieve internacional se han sentido atraídas por los atractivos del país.
Sin embargo, en la realidad nuestra hay historias que pueden servir de argumentos para cualquier filme.
Me refiero a todo el material del expediente que sustenta los cargos contra los acusados de supuestamente haber recibido sobornos de la constructora Odebrecht, la mayoría descargados por falta de pruebas o por desvinculación con el caso. Considero que el escenario en que el Ministerio Público avala la acusación podría ser una buena ambientación para una película, ya que todo el entramado figurado sobre las maniobras y el esquema del pago de sobornos servirían para atraer a cualquier público.
La estructuración del guión con actores -descargados, insisto- del Congreso y de que la supuesta Oficina de Estructuración habría sido instalada para operar desde el Palacio Nacional -en la gestión de Danilo Medina- sería una buena intriga en un argumento para una película.
Por igual, se podría sustentar un buen guión con el entramado de la Operación Antipulpo, que involucra a parientes del expresidente Medina -Alexis Medina y Carmen Magaly Medina-, así como funcionarios de varias instituciones que habrían participado en toda la trama en perjuicio del Estado por más de 5 mi millones de pesos.
Aunque el caso permanece en los tribunales con los imputados con medida de coerción de 18 meses de prisión, la verdad que la situación ha servido para desnudar una realidad que se denuncia y que se percibía desde hacía décadas en el país.
Ahí tenemos también las Operaciones Medusa, que involucra al exprocurador general de la República Jean Alain Rodríguez en supuestas irregularidades atinentes a su cargo, con varios allegados suyos como parte de ese entramado, que también cuenta con el morbo necesario para ser parte de una película de mucha atención.
Pero también están las operaciones del Ministerio Público denominadas “Coral” y “Coral 5G” que involucran a generales activos y otros altos militares en una estructuración de corrupción desde instituciones del Estado. Creo que serían rentables.