Aquellos tiempos de Cannes para pobres

Aquellos tiempos de Cannes para pobres

Aquellos tiempos de Cannes para pobres

Una vieja amiga, que ahora es directora de prensa del Festival de Cannes, me comentaba en un correo electrónico que la delegación dominicana al festival de Cannes es cada vez más numerosa y que solían masticar un inglés de muelle, sin consuelo, que no lograban hablar francés.

Me hacia chistes muy franceses, que obviamente me molestaban. Los franceses tienen el privilegio de la mezquindad universal, absolutos en sus juicios que encumbren una fuerte noción de pasado imperio colonial, aunque los discursos se vistan de pasión republicana, valores republicanos, que suelen esgrimir como tradición de un país, que decapitó su monarquía en 1789, para hacer una Republica : Libertad, Igualdad y Fraternidad, algunos desde el siglo XX, le han agregado Solidaridad, como llamando la atención a un nuevo valor inexistente en esa sociedad, engreida de un pasado que hoy no le sirve de nada.

Amo otra Francia, la campesina, la Francia profunda, de visión simple, la que Fernand Braudel dibujó en sus tomos que nada tiene que ver con el frenesí urbano de un París frívolo despiadado, lleno de oropel y mentiras urbanas acolchadas, con grandes vacios de soledad y miserias interiores.

Esa otra Francia la conocí viajando al Sur ( famosa Cote D’ Azur ), aunque centro del turismo mundial, y los lugares de turismo tienen sus espejismos, aún así la gente de la calle tiene otras visiones. Fui corresponsal viajero del Listin Diario de Rafael Herrera, por más de 15 años, entre final de la década del 70, 80 y hasta el año 90 en ese periódico están mis crónicas de viajes a festivales de cine y de jazz.

En aquel tiempo no existía Dirección General de Cine, conocida hoy como la agencia de viaje oficial de cualquier carajo o caraja a la vela, que se le antoje ir a Cannes, a nada.

A mi amiga de siempre, excelente periodista de cine y variedades, hoy ascendida para dirigir una sección de la Press du Cannes, no he podido darle la respuesta contundente que merecía, porque me decía verdades que en esas partes del mundo no entienden : un supuesto país pobre envía una delegación, a costa del contribuyente, a un sitio extremadamente caro y chic, para simplemente comer ojos, salvo lo que realmente van a realizar gestiones que me gustaría que me muestren los resultados, conozco bien de ese asunto.

Cannes es una bella ciudad en la rivera del mar Mediterráneo, de azul oscuro y lóbrego, su nombre es occitano, originalmente Canas, situada en los Alpes Marítimos, de repente en el Boulevard de la Croissette, especie vitrina humana tipo calle el Conde en el pasado, viene le Mistral, un viento de recuerdo que juega con sombreros de damas y caballeros, revoloteador de arenas, allí se hace un festival de cine, clafisicado A, aunque para mi gusto hoy muy americanizado, so very Hollywood.

Pero hagamos un poco de historia sobre la historia del Festival de Cannes. Que aunque muchas y muchos no lo crean, tiene que ver con Venecia y el año 1932, fecha en que se hace el primer festival internacional de cine en aquella lacustre ciudad.



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