Desde los beneficios físicos hasta la expansión cultural y emocional, aprender a bailar emerge como inversión valiosa.
Santo Domingo.-Bailar, más allá de ser una expresión artística, se revela como un tesoro de beneficios para la salud y el bienestar integral.
De acuerdo a Raúl Geraldino, de la escuela @bailemosrd, sus beneficios van desde la mejora de la condición física hasta el estímulo de la salud mental, “en conclusión, aprender a bailar es una experiencia enriquecedora”.
Raúl Geraldino
Geraldino, que desde hace ocho años imparte clases de baile, destaca que aprender a bailar implica movimientos coordinados y precisos que fortalecen músculos, mejoran la flexibilidad y contribuyen a un equilibrio más sólido, pues “esta actividad física, a menudo subestimada, puede ser una forma entretenida y efectiva de ejercicio”.
Sobre cómo incide en la salud mental, indica que el baile no sólo ejercita el cuerpo, sino también la mente, ya que la conexión entre la música y los movimientos demanda concentración y memoria, estimulando así la función cognitiva, convirtiendo esta práctica en una liberación emocional, reduciendo el estrés y promoviendo un estado de ánimo positivo.
“Cada inicio de año organizamos clases para principiantes, que empiezan este fin de semana, porque lo vemos como una meta fácil y rápida de cumplir, aprovechando que las primeras semanas del año la energía y compromiso con nuestros deseos es mayor”.
Además, afirma Geraldino, las clases de baile ofrecen un espacio social único, ya que la interacción con compañeros de baile crea vínculos y fomenta habilidades sociales, y “superar los desafíos de aprender nuevas coreografías aumenta la autoconfianza y autoestima”.
Versatilidad cultural
Destaca que aprender diferentes estilos de baile permite sumergirse en diversas culturas. Desde el tango argentino hasta la salsa cubana, cada estilo cuenta una historia única, sin embargo, “en nuestras clases de principiantes nos centramos en los tres principales ritmos: merengue, salsa y bachata”.
Tomar la decisión de iniciar un año con un nuevo aprendizaje, amplía la perspectiva y enriquece la comprensión del mundo a través del movimiento y la música.
El baile requiere adaptabilidad y creatividad constantes, pues la capacidad de improvisar y expresarse de manera única se desarrolla a medida que se avanza en la técnica, habilidad que trasciende el aprendizaje y se aplica en situaciones cotidianas.
Longevidad activa
Geraldino indica que la práctica regular del baile ha demostrado tener beneficios a largo plazo en la salud, ya que mantenerse activo física y mentalmente a través de él puede contribuir a un envejecimiento saludable y activo.
Desde los beneficios físicos hasta la expansión cultural y emocional, aprender a bailar emerge como una inversión valiosa en la calidad de vida, “va más allá de una simple actividad recreativa, convirtiéndose en una poderosa herramienta para el bienestar integral”.
Objetivo
— Saludable y activo
La escuela @bailemosrd, ubicados en la calle El Vergel #12, apoya con clases periódicas a las personas que desean aprender a bailar y fomenta el baile como una fuente de alegría, energía y salud desde su fundación hace ocho años.
