El remanente de la tormenta tropical Beryl continúa su camino hacia el Caribe mientras se disipa sobre Humacao, Puerto Rico. AP
HUMACAO, Puerto Rico. – Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses se vieron afectadas por apagones y extensas inundaciones el lunes, cuando los remanentes de Beryl, el primer huracán de la temporada del Atlántico, probaron qué tanto se han recuperado de las devastadoras tormentas del año pasado.
Más de 47.000 clientes en Puerto Rico se quedaron sin electricidad en el peor momento del temporal, pero ese número se redujo a 13.000 para la tarde, luego de que cuadrillas de trabajadores se esmeraron en restaurar la electricidad. Unos 8.600 clientes se quedaron sin agua.
La costa oriental de Puerto Rico fue la más afectada incluso cuando la gente en esa región aún tratan de recuperarse del huracán María.
«Todavía no estamos preparados para recibir otra tormenta», dijo Rubén del Moral, de 17 años, quien vive en el pueblo costero en el sureste de Yabucoa, el primer pueblo golpeado por María en septiembre.
El huracán de categoría 5 del año pasado causó daños que se calcula superan los 100.000 millones de dólares, mató a decenas de personas según los cálculos más conservadores y destruyó hasta 75% de las líneas eléctricas de Puerto Rico.
Unas 60.000 personas en el territorio estadounidense sólo tienen lonas en lugar de techos firmes, y más de 1.500 clientes siguen sin electricidad más de nueve meses después de la tormenta.
José Álamo, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional, dijo a The Associated Press que se esperan entre 3 y 13 centímetros (1 y 5 pulgadas) de lluvia en Puerto Rico.
La isla experimentaba vientos sostenidos de 40 a 56 kilómetros por hora (25 a 35 millas por hora). Se han reportado varios deslaves.
El recuerdo del huracán María persiguió a muchos en la costa sureste de Puerto Rico, en donde la tienda de abarrotes La Favorita en Humacao quedó sumergida bajo 1,5 metros (5 pies) de agua salada, lodo y algas marinas.
Jaime Ruiz, un funcionario penitenciario de 54 años, dijo que la tormenta del lunes interrumpía sus esfuerzos para reconstruir su casa que quedó muy dañada tras el paso de María. «Uno se preocupa porque piensa en todo lo que uno perdió», dijo.