Septiembre es el mes de la biblia. Mediante la Ley 204-84, Dominicana celebra el Día Nacional de la Biblia que correspondió al 27 de septiembre.
Esta celebración es un símbolo patrio, y desde el Estado se ha legislado para la lectura diaria de la biblia.
La biblia es y será una fuente necesaria para la interpretación del ser humano (su filosofía, su ciencia, su credo, y su cultura). Es muy cautivador el poder prestar atención a las enseñanzas de sus cultores.
Por esta razón he asistido al Conversatorio virtual sobre Antropología bíblica, con la participación del ilustre y querido monseñor Santiago Rodríguez Rodríguez, obispo de la Diócesis de san Pedro de Macorís. Ordenado sacerdote en el 2000, y la ordenación episcopal, en 2017.
Ha sido vicario en varias parroquias y docente de Teología y Moral, Espiritualidad Sacerdotal Diocesana en el Seminario Propedéutico de San Pío X, de la Arquidiócesis de Santiago de los Caballeros, así como docente de Formación Integral, Humana y Religiosa, en PUCMM y UTESA. Fue Juez del Tribunal Eclesiástico y encargado de la Pastoral del Clero del misma Diócesis.
También deseo agradecer a la Facultad de Ciencias Religiosas de la Universidad Católica Santo Domingo (UCSD) por auspiciar la actividad.
En los tiempos actuales es más que imprescindible el estudio de las ciencias de las religiones.
Este taller sui géneris, fue dedicado a los investigadores dentro del campo de las diversas especialidades: la teología, la ética y la historia de las religiones.
Entre los contenidos que recoge están los elementos más significativos de la antropología bíblica; es decir, cultura judeocristiana, el árbol del juicio, el ideal de justicia de los sabios, hasta Jesús de Nazaret, en cuya muerte se concentra toda la violencia de la historia y cuya resurrección lleva a plenitud esa misma historia.
La Antropología bíblica no sólo es el estudio de personas y lugares que aparecen en la biblia. Y la biblia no sólo es el libro que describe la lucha de los pueblos de la creación.