Confieso haber leído, con expectante entusiasmo, el texto del amigo Antoliano Peralta Romero “Precisiones jurídicas” en el que se refiere a un sinnúmero de temas fundamentales vinculados al derecho público y que, sin dudas, arroja una luz apropiada sobre los alcances de una disciplina que hace énfasis en los diversos ángulos de la convivencia y la coexistencia de la vida en sociedad y que, como tal, nos concierne de manera fundamental a todos los ciudadanos.
El autor se decide por asumir la diversidad de temas en los que estudia y expone su criterio sobre aspectos de indiscutible trascendencia.
El lector, en este contexto, asume cada aspecto estudiado y, sin necesidad de conocer la disciplina jurídica a nivel de los especialistas, puede hacerse una idea clara y aleccionadora de los temas y asimilar su trascendencia y repercusiones en el ámbito social.
El texto, escrito con un estilo transparente, intelectualmente muy consistente, posee una incuestionable trascendencia orientada a la formación de un ciudadano consciente de sus responsabilidades en lo concerniente a la sociedad y al concepto de los deberes que asume esa pertenencia, así como las sanciones que conlleva distanciarse o contradecir en los hechos ese mandato indeclinable y válido para todos.
“Precisiones jurídicas”, desde este punto de vista, es una consistente reflexión sobre la vida en sociedad y las responsabilidades que ese estado supone principalmente en lo relativo al respeto y seguimiento de las normas que hacen viable esa realidad de manera armoniosa y coherente.
Un texto de esta naturaleza debe trascender de manera consistente tanto en el orden académico como en los ámbitos educativos por cuanto el fin último de su prédica es estimular la beligerancia de un ciudadano conocedor y respetuoso de las leyes y los límites de la convivencia, lo que viabiliza un ambiente de armonía, paz, utilidad y correcto proceder tanto de ese ciudadano como de las instituciones y la obligada interrelación que existe entre unos y otras.
De ahí el valor y la trascendencia de “Precisiones jurídicas”, una acuciosa meditación que debe ocupar un sitial relevante en lo concerniente a la educación ciudadana, el arreglo armonioso de los conflictos y desavenencias y el mantenimiento de un clima de paz y armonía entre gobernantes y gobernados.
Es la razón por la que el prologuista de la obra al calificar a su autor como una persona que además de su formación académica, sus éxitos profesionales y su erudición “es, ante todo, un hombre razonable y, como tal, tiende a considerar los hechos , conflictos, ideas y situaciones con serenidad y a dilucidar las complejidades con tranquila elegancia , sin fanatismos aviesos, sin argumentos falaces, sin fatuidad ni el narcisismo tan a la moda en nuestros días, logrando así, de una manera admirable, explicar con desenvoltura y sencillez temas complicados” o muy complejos.
Ramón Constanza se pregunta, tras estudiar el texto del doctor Peralta: “¿quién dijo que escribir un libro ameno sobre un tema técnico es una empresa fácil? Puntualiza al respecto que el jurisconsulto “no es solo uno de los respetados hombres de leyes del país, sino también uno muy acucioso que siempre anda buscando, donde supuestamente no hay” y cuyo ejercicio termina “por sorprender a sus colegas con datos, notas e informaciones sobre aspectos del derecho dominicano que (…) pasan desapercibidos”.
Recomendamos como una lectura obligada este texto del doctor Antoliano Peralta con la firme convicción de que el mismo está llamado a contribuir de manera fundamental en la imprescindible formación del ciudadano conocedor y respetuoso de sus deberes y responsabilidades en la sociedad a fin de lograr las esenciales metas de convivencia y desarrollo a las que todos, como dominicanos amantes de su país, aspiramos profundamente.
Nuestras congratulaciones por un estudio que sería excelente como lectura obligada de todos los que soñamos y aspiramos a una sociedad cumplidora de la ley.