Anticomunismo

Anticomunismo

Anticomunismo

El anticomunismo es una ideología forjada de manera sistemática a partir del triunfo de la Revolución Bolcheviche. Antecedentes existen, pero cobra fuerza como discurso ideológico luego de que Lenin dirigiera la triunfante revolución de los soviets en Rusia.

Existen dos grandes fuentes del anticomunismo. Uno procede de los regímenes fascistas europeos de los años 20 a los 40. El fascismo italiano, el nazismo alemán y el franquismo español son tres grandes vectores de propagación del anticomunismo como parte de sus ideologías fascistas. La otra fuente proviene de Estados Unidos al concluir la Segunda Guerra Mundial. El anticomunismo norteamericano se convierte en un arriete en contra de todos los sectores internos y externos que cuestionaran las decisiones del Estado norteamericano y sus intereses. A nivel interno el macartismo fue literalmente una persecución contra todos los sectores norteamericanos que cuestionaban el modelo político y social de los Estados Unidos. A nivel de su política exterior el anticomunismo norteamericano fue el mecanismo ideológico de justificación de acciones políticas y militares en todas partes del mundo frente a movimientos independentistas, agendas democráticas y propuestas de reformas sociales para construir sociedades más justas.

Una tercera fuente del anticomunismo es todo el discurso del Magisterio de la Iglesia Católica que llevado en gran medida por las alianzas políticas con las potencias occidentales orientó la acción y los discursos de muchos obispos, sacerdotes, religiosos y laícos a posiciones conservadoras en el terreno político, social y económico. Pero el Magisterio de la Iglesia también tuvo claramente definido su crítica contra el liberalismo y el capitalismo, pero la orientación ideológica de muchos católicos los hacen tomar lo que les conviene a sus posturas.

El comunismo, tal como se han identificado partidos y gobiernos, se ha concretado históricamente como dictaduras centralizadoras de la economía y la vida social, a partir del control de un partido político o un líder. Económicamente ha sido un fracaso porque anula la creatividad de los actores llamados a emprender negocios y generar puestos de trabajo. Políticamente ahoga la alternancia en el poder, generando crisis tan profundas como la que destruyó la Unión Soviética y los gobiernos europeos aliados a Moscú. Mientras la Unión Soviética intentó romper ese modelo por la liberación política, la China lo hizo por el modelo económico. La historia demuestra que los chinos fueron más sensatos.

El anticomunismo no es propiamente el enfrentamiento con ese modelo político y económico, sino el intento de combatir toda acción que afectara, real o imaginariamente, los intereses del gran capital norteamericana y en menor medida europeo. Las dictaduras anticomunistas en América Latina, África y Asia los Estados Unidos eran tan funestas como las dictaduras comunistas, pero permitían que Estados Unidos usufructuara sus recursos naturales. En el caso de Trujillo la situación es curiosa, porque si analizamos su control político y económico sobre el país, debería caer en la misma clasificación que Cuba o Corea del Norte, pero como era aliado de los americanos, no era comunista.

La ideología anticomunista llevó a la naciente revolución cubana a entregarse a la Unión Soviética, en el caso dominicano destruyó el primer gobierno democrático que nos dimos, el de Juan Bosch, y sumió a la América Latina en un mundo de miseria y terror gestado por sus dictaduras. En gran medida el atraso en el desarrollo democrático, la construcción de Estados no corruptos y el desarrollo de modelos económicos progresistas en nuestro continente latinoamericano se debe a la política anticomunista de los Estados Unidos.

La gran mayoría de las propuestas comunistas y anticomunistas son antidemocráticas y económicamente gestionan la miseria, no el desarrollo. Si el siglo XXI es la oportunidad de América Latina debe ser sobre la base de superar esta lucha ideológica que únicamente busca ocultar la lucha de poder a escala planetaria.