Recientemente, el gobierno del Presidente Medina declaró este año 2016 como el «Año del Fomento de la Vivienda» mediante el decreto 389-15. Interesante iniciativa pero carente de ciertas realidades a tomar en cuenta. Sabiendo por demás que tener una vivienda digna es un derecho que le asiste a cada ser humano, pero en nuestro país es un asunto complejo.
¿Dónde sacará el gobierno para construir estas viviendas con la enorme deuda que tiene en préstamos y demás?
Declarar «Año de la Vivienda» en un país que tiene más de dos millones de personas viviendo en chabolas, en edificaciones sin ningún tipo de garantías no deja de ser «oportuno» pero un gobierno debe «declarar año de tal o cual cosa» cuando proporciona los servicios básicos a sus ciudadanos, como el agua potable, luz, sanidad pública, educación pública de calidad y precios en los alimentos al alcance de todos.
No se puede hablar de «Año de la Vivienda» cuando una sociedad adolece de estos servicios que garantiza el desarrollo de una nación.
No se puede hablar de viviendas para todos cuando tenemos una altísima y vergonzosa tasa de embarazos en adolescentes que no saben ni escribir bien, carentes de educación sexual y familiar a todos los niveles. Esos niños nacidos en entornos complicados y complejos son los delincuentes del mañana y en eso es que el gobierno debe enfocarse, en paliar y reducir la alta tasa de embarazos. ¿Cómo?
Llevando educación sexual a cada rincón, sin ambages ni mitos anticuados, planificar y prevenir tanto a la mujer y al hombre en los conceptos de natalidad y prevención porque sino las pretensiones de «viviendas para todos» se multiplicarán. Esto es un asunto de sanidad pública.
No podemos hablar de viviendas cuando millones de dominicanos ganan sueldos de miseria que no dan para mantener un hogar ni pagar las facturas.
Es toda una hazaña llegar a fin de mes en un país que no ofrece ningún tipo de garantías y muy pocas mejoras de salarios.
Los centenares de personas que viven a orillas de ríos, cañadas y demás llevan años esperando por ser ubicados en lugares más seguros, y solo son visitados en pre-campaña electoral. Ellos tienen décadas esperando «viviendas para todos».
En definitiva, hubiese preferido que el Presidente Medina declarara este 2016 como el año de «saneamiento en la Justicia, Policía, Congreso y demás estamentos del Estado» llena de una inquietante corrupción auspiciada por su propio partido. Quimera!