Año 4,500

Cuando comencé a estudiar filosofía -quería ser sacerdote, no filósofo- mi primer profesor nos lanzó al año 500 antes de nuestra era, en Atenas, y comenzamos a discutir sobre los primeros filósofos.

Luego que descubrí que no quería ser sacerdote me quedé siendo filósofo, con pasión por el pensar, y muchas veces he regresado a ese siglo de Pericles que se iniciaba en ese año.

Siglo de Sócrates, quien marcó el destino de Platón, que a su vez fue maestro de Aristóteles y éste último tutor de Alejandro Magno.

Me he esforzado por encontrar lo que ha permanecido de ellos hasta el presente -influencia de Parménides- pero también he dedicado tiempo a lo que ha cambiado -las aguas de Heráclito.

Cuán semejantes y diferentes serán nuestros descendientes en el año 4,500 de nuestra era. ¿Tanto o más que nuestra semejanza y diferencia con Sócrates? ¿Cómo serán sus modelos políticos y organizaciones sociales? ¿Hasta donde llegaremos en el conocimiento científico y sus aplicaciones tecnológicas?

¿Ya no será la codicia el motor de la economía? ¡Eso espero! ¿Y sus sistemas éticos? ¿Cómo se expresarán las creencias religiosas? ¿Y si para entonces no existe ser humano alguno por la aniquilación del orden ecológico, las estúpidas guerras o alguna plaga que nos diezmará?

Este presente es heredero de nuestro pasado como especie, que comenzó hace un cuarto de millón de años, y a su vez es parte de las posibilidades del futuro que le esperan a nuestros nietos y los nietos de ellos. Ocupémonos del presente para que haya futuro.