C uando asistí al Palacio Nacional a la despedida que brindó el presidente Luis Abinader a los atletas que nos representarán en los Juegos Olímpicos, de Tokio, Japón, el “murmullo” que se escuchaba entre ellos era si no les iban a ofrecer nada por ganar medallas.
Los atletas, aunque se mostraron alegres durante la actividad con el Mandatario, el ministro de Deportes, Francisco Camacho, y los ejecutivos del Comité Olímpico no escondieron sus descontentos, debido a que no escucharon nada sobre los incentivos que se les acostumbra a ofrecer. Sin embargo, no dejaron de reconocer el apoyo recibido para su preparación y una buena participación en los Juegos.
Incluso, luego de que concluyó el encuentro, varios periodistas nos quedamos conversando con los atletas sobre sus posibilidades de obtener medallas y sobre rivales que ya han enfrentado y podrían que volver a enfrentar; pero en medio de las conversaciones el “murmullo” no cesaba: “No es verdad que el presidente Abinader no nos dirá nada sobre los ‘chelitos’ para los que ganemos medallas”.
Por esa razón, cuando la semana pasada el ministro Camacho sorprendió al convocar a la prensa nacional para anunciar que el Gobierno premiará con millones de pesos a los atletas que ganen medallas, incluyendo además a sus entrenadores y asistentes, de inmediato se sintió una alegría inmensa.
Las promesas económicas rompen todos los récords, ya que los ganadores de medallas de oro recibirán doce millones de pesos; los de plata, ocho millones, y los de bronce seis. Para los deportes de conjunto- voleibol femenino y béisbol masculino- recibirán un 10% por encima, dependiendo del color de la medalla que logren. Es casi seguro que las entregas de los atletas mejorarán porque como dice el refrán popular: “por la plata baila el mono”.