Madrid, España.-Un récord nunca se obtiene sin sacrificio. Lo sabe bien Ángel Delgado. Sus 20 rebotes ante el Casademont Zaragoza son la mejor marca en una década en la Liga Endesa.
Para él, una página más de una historia de superación desde su República Dominicana que incluye vender “bizcochos” para completar su beca en Estados Unidos, tocar el cielo de la NBA y vivir el básket español que antes seguía por televisión.
Apoyado en su permanente sonrisa, Ángel Delgado (Bajos de Haina, República Dominicana, 1994) entrena con música latina gracias a un altavoz portátil.
Su adaptación ha ido poco a poco. Tras cada sesión se impone 150 tiros libres para mejorar en esa faceta. Porque lo suyo es el rebote.
Lo exhibió en el básket universitario y lo sufrió el Casademont Zaragoza ante el que explotó con 20 capturas, mejor marca de la Liga en una década desde los 22 del estadounidense Paul Davis e igualando a Felipe Reyes en la 2002-03.
Está muy satisfecho
«Creo que es el partido con el que estoy más satisfecho porque también ganamos, pero si hubiéramos perdido no. ¿De qué vale coger 50 rebotes o meter 50 puntos si el equipo pierde? Fue uno de mis mejores momentos aquí en España, le doy gracias a Dios siempre, y a seguir, porque mi meta no es hacerlo solo una vez, sino más veces, como en la universidad», asegura.
Ese «muchísimas» no se queda corto, porque en los ‘Pirates’ de Seton Hall en EE.UU. es el segundo de la historia con más rebotes (1.455), fue varias veces líder, recibiendo un premio de la leyenda: Kareem Abdul-Jabbar, seis veces campeón de la NBA, le entregó en 2018 el galardón al mejor pívot universitario del año en EU.
“Fue uno de los mejores momentos de mi vida. Recuerdo que me dijo: ‘me gustó lo que hiciste en este partido”.
Prestaba atención a los jugadores. Lo guardo en mi corazón”, rememora Delgado, que se define como aficionado al baloncesto “vieja escuela” que repasa los partidos de Abdul-Jabbar y el nigeriano Hakeem Olajuwon.
Buscará más y más
— Por un préstamo
Unos pesos que a su madre le prestó un amigo para ir desde Bajos de Haina a la capital, para asistir a una prueba de baloncesto de un instituto estadounidense, fue clave de lo que hoy es Ángel Delgado.
*Por Miguel Ángel Moreno