Yo soy dolor y primavera abierta.
Contra mí están los viejos cuchillos levantados.
Andrés Luciano Mateo
(Portal de un Mundo, poesías )
Pídanle que hagan silencio
es hora de iniciar el canto
y lo haremos por esta Generación irrenunciable
Norberto James
( Poema, Silencio Para el Canto ).
Ni un paso atrás. papá de Mafalda.
Tenemos muchos muertos a quienes debemos respeto, cariño y honor.
Ni un paso atrás.
Ni un paso atrás, amigo de los días difíciles de radio y cultura, de calieses en la esquina de Radio Visión y Augusto Socias avisando si se podía salir, hermano, ni un paso atrás.
Ni un paso atrás, no te dejes seducir con los mensajes indirectos de la Pulserita de Troya, para bajar dizque tensiones, aquella que anda con una mochila de prótesis en los moños, presumiendo que podría haber un lisiado cada segundo y que esa sería su oportunidad esperpéntica para “ ayudar” a los pobres, aquella de sainete y lagrimeo fácil, manipuladora de la condición femenina, cuando le conviene, enemiga de Shakespeare porque inventó la frase : “Algo huele a podrido en Dinamarca”…
Pero eso sí, ahora no puede darte ni una gripe, pero tampoco sigas durmiendo con las ventanas abiertas, ciertas lacras creen que el dinero lo puede todo, ni un paso atrás.
Tamaña vaina para este gobierno, que los renovados incontrolables, amparados en la fuerza del dinero y deseo de poder, se atrevan a tocarte con un fino hilo, ni un paso atrás, Andrés Luciano Mateo.
Cuando cierres la puerta, recuerda siempre que la divisa a tener presente es la siguiente: Son capaces de todo, repite conmigo : son capaces de todo, porque el dinero en manos bruta enceguese y brutaliza, crea un delírium trémens y matan Andrés, matan Andrés.
Sin embargo, fiel a nuestra estirpe infatigable, según nuestro amigo Norberto James, Andrés ni un paso atrás, pero ni uno.
Si al final se atreven a escribir con sangre un final de tragedia para el ultimo acto, que se atrevan, ni un maldito paso atrás, no venimos de los 70, con la conciencia vacía, algo nos sucedió Andrés Luciano, algo nos sucedió que nos obliga, por nuestros muertos, Marino ( Maximiliano para otros) y Orlando en especial, que tantas ideas lúcidas elaboraban sobre las respuestas fácticas en situaciones de crisis, Andrés Luciano, ni un paso atrás.
Es probable que no coincida en estilo e insistencia en algunas cosas, pero ese derecho nadie te lo puede regatear, porque los derechos se ganan con probidad y disposición para una vocación neta de justicia, la que exhibes en tus textos que claman y claman como un monje implacable de verbo y enjundia, como una perfecta saeta que ve la diana de la podredumbre y la hace estallar, fétida como es, aunque se vista de lino y cargue librejos por los aeropuertos en señal de “intelectualidad” fútil y últimamente errática y destemplada .
Porque ese es el amo ilusionado con la vuelta al poder, evitando los ajustes de cuentas necesarios, neutralizando iras aquí y acullá, prometiendo como cualquier Santa Claus de Villa Juana a destiempo, bajo el calor con el pajón sudao y el algodón blanco y rojo desteñido, ese es el amo, lo tenemos identificado.
Lo otro es un robot de piltrafa lleno de nuestro dinero, prisionero moral cuya ‘ingenuidad’, ignorante, le impide entender la real magnitud de lo que le puede venir, para él todo esto es un “bufeo” más en el olimpo de la impunidad que su amo le ha sabido administrar.
Disfrazado de filántropo provincial con caja de dientes nuevos, lavadito rostro de hombre antes en olla hoy en ascenso, pero la vulgaridad siempre vence a los millones y se sale con la suya, siempre, pero siempre.
La gente que nada ha tenido y lo obtiene robando pierde el norte de los usos del dinero, porque en el fondo de su conciencia, una cierta soledad con nauseas de avaricia les agita la infelicidad, todo lo otro es pantalla hacia fuera y un ligero impulso de desfachatez para dar la cara, porque otra no tienen.
Pero Andrés Luciano Mateo, autor del portal de un mundo, ni un paso atrás, pero ni uno, esta es la oportunidad para darle la lección necesaria a una clase política, indolente y burlona, que juega a convocar la pólvora y la ira social, como si fuera un deporte dominical.