Amor tras las rejas, una historia…
Santo Domingo.-Ingrid Sosa y Raymundo Jiménez, fueron novios durante su adolescencia. Con el paso del tiempo se separaron y cada quien hizo su vida. Jiménez, hoy día paga una condena de ocho años en el Centro Correccional de Puerto Plata (CC-PP), por una riña en la que su oponente perdió un brazo.
A pesar de estar detrás de las rejas, con su buen comportamiento logró el permiso para contraer matrimonio con la joven Sosa.
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Paradójicamente, ellos volvieron a reencontrarse en la cárcel casi a finales del 2011. Sosa, es una joven cristiana, que visitó el centro, junto a otros, para predicar la palabra, y allí vio a Jiménez donde iniciaron un proceso de conversación.
Reza un viejo refrán: “que donde hubo fuego, cenizas quedan” y en medio de esa ceniza se produjo una chispa que permitió que estas dos personas comenzaran una nueva relación.
Él solo…ella sola, y tres años después de noviazgo decidieron, formalizar su relación.
Aunque para ella, fue un poco más difícil, porque no concebía que su amado estuviera tras las rejas pagando por un delito por el que fue condenado.
Así que buscaron ayuda con las autoridades del centro penitenciario, quienes los trataron con orientación de psicólogos y la trabajadora social.
Jiménez hoy día tiene 40 años de edad y no le fue fácil lograr que Pedro Rafael Ulloa Mora, juez de la Ejecución de la Pena de Puerto Plata, le permitiera formalizar su relación con su pareja, por lo que tuvo que apelar dos veces ante el magistrado.
Luego de la aprobación, la directora de ese centro, Yeny Olga Hernández, inició el procedimiento que este conlleva.
La directora del centro explicó que durante el tiempo que lleva el interno privado de libertad en el recinto ha presentado buen comportamiento y ha mostrado deseos de superación.
Citó que él lleva cinco años y medios en el recinto y que está en proceso para optar por libertar condicional.
El pasado miércoles a las nueve de la mañana, la pareja se dio cita ante el Estado Civil de Puerto Plata donde se casaron.
Jiménez agradeció a las autoridades por permitirle formalizar la relación que mantenía con su pareja, fruto de la cual fue procreado un niño que nació el pasado mes y que fue declarado en la misma Oficialía del Estado Civil de esa jurisdicción una vez concluido el acto de casamiento.
En la ceremonia, participaron la subdirectora de Tratamiento del Centro de Corrección, Cristian Pascual, y la trabajadora social Deris Martínez.
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