SANTO DOMINGO.-El 2018 fue un año de altas y bajas para el joven torpedero dominicano Amed Rosario con los Mets de Nueva York.

Rosario comenzó bastante bien la temporada, pero luego sufrió una recaída, aunque logró recuperarse al final y terminar bien.

Consciente de eso, el defensor revela que ha estado trabajando en mejorar su juego en sentido genera, lo que a su juicio le permitirá conseguir la consistencia necesaria que necesita un jugador para establecerse en Grandes Ligas.

“Durante la temporada muerta he hecho mucho énfasis en trabajar mi defensa, ofensiva, robo de bases, gimnasio, pesas y ganar unas cuantas libras.

En fin, en todo”, precisa Rosario, quien agrega que su gran meta para este año es estar saludable todo el camino. “Creo que lo más importante es el trabajo duro y persistente. Cada día salgo a dar lo mejor de mí en el terreno. Sé que no siempre a uno le va a ir bien, pero nunca bajo la cabeza., me mantengo positivo y con mucha fe, agarrado siempre de Dios.

Junto a Canó

Pero tal vez la mayor presión de Rosario es que tendrá como compañero de dobles matanzas a su compatriota, el súper astro Robinson Canó, firmado recientemente por el conjunto neoyorkino. Sin embago, Rosario lo toma con filosofía y asegura que “para mí será un gran honor contar como compañero del medio del terreno a Canó y, mejor aun, que este sea una especie de mentor para mí”.

“Cualquier jugador, en especial un novato como yo, sueña con tener al lado a una estrella con el carisma y liderazgo que irradia Canó, cuya experiencia y probada calidad creo que aportarán mucho para la causa de los Mets en la venidera temporada”, expresó.

Canó, dispuesto

Robinson Canó, de su lado, asegura que siempre ha estado dispuesto a orientar y ser ejemplo para jugadores jóvenes, y en este caso no sólo lo hará con Rosario, sino con Juan Lagares y cualquier otro, sin importar la nacionalidad.

.256 Bateó Amed Rosario.
Con 9 jonrones y 51 carreras remolcadas para los Mets la pasada temporada.