El sacerdote y escritor nicaragüense Ernesto Cardenal dijo que “tenemos que creer que hay un propósito que es conocer a Dios y la unión con Dios”.
Amar a Dios, también es hacerlo con el prójimo, tal y como lo establece la Biblia. De manera general, el propósito y la obediencia a Dios significa respetar sus mandamientos para llevar una vida consagrada en la tierra.
Todos nacemos, originalmente, para vivir una vida terrenal conforme a los mandatos divinos.