Ginebra.- El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, puso hoy en duda el respeto a las garantías procesales en Arabia Saudí y lamentó, en un comunicado, la ejecución de 47 personas en ese país, especialmente la del clérigo chií opositor Nimr Baqir al Nimr.
Zeid destaca que el clérigo chií no estaba acusado de ningún crimen grave, requisito previo que establece la legislación internacional de Derechos Humanos.
“Bajo la legislación internacional de Derechos Humanos, la pena de muerte puede ser sólo impuesta, en los países donde existe este castigo, si se han cumplido una serie de requerimientos de procedimiento y se ha llevado a cabo un juicio justo”, indica el alto comisionado.
Asimismo, Zeid recuerda que la pena capital sólo puede ser impuesta en casos en que el condenado haya cometido crímenes muy graves, como el asesinato, y puso en duda el respeto de las garantías procesales de los condenados.
“Las condenas no pueden ser basadas en confesiones obtenidas mediante torturas y malos tratos. La aplicación de la pena de muerte en estas circunstancias es inconcebible dado que la pena de muerte no se puede revertir y dado que cualquier sistema judicial puede cometer errores”, agrega.
Los 47 ejecutados ayer -45 saudíes, un egipcio y un chadiano- fueron acusados de terrorismo y entre ellos figuraban suníes radicales y algunos destacados miembros de la red terrorista Al Qaeda, además de cuatro activistas chiíes.
La pena de muerte impuesta a Al Nimr fue confirmada el pasado octubre por el Tribunal Supremo de Arabia Saudí, que le culpaba de desobedecer a las autoridades e instigar a la violencia sectaria, después de haber sido detenido en 2012 por apoyar las protestas contra el Gobierno en Al Qatif, en el este del país en una zona de mayoría chií.
Zeid recuerda que él ya protestó al Gobierno saudí cuando se conoció la condena. Asimismo, Zeid se muestra extremadamente preocupado por el alto número de ejecuciones en Arabia Saudí en el último año, con al menos 157 documentadas en 2015, comparado con las 90 de 2014, la cifra más elevada desde 1995.
Las ejecuciones de ayer tuvieron lugar de forma simultánea en doce lugares del país mediante decapitaciones por sable y fusilamientos.
Zeid solicitó al Gobierno saudí una moratoria de todas las ejecuciones e instó a que trabaje con la ONU y otros organismos internacionales en modos alternativo de lucha contra el terrorismo.