Alma deshidratada

Alma deshidratada

Alma deshidratada

Francisco Rojas

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”. Juan 7:37-38 

En estos días de calor que estamos viviendo siempre es necesario tomar numerosos vasos de agua al día para no deshidratarnos. Nuestro cuerpo, según algunos cálculos, es 80 por ciento líquido.

Si no tomamos agua esto tiene consecuencias que perjudican nuestra forma de vida, por ejemplo los pensamientos coherentes se desvanecen, la piel se reseca y los órganos vitales se repliegan.

Tu ojos necesitan humedad para llorar, tu boca necesita liquido para tragar, realmente es necesario el liquido precioso para tu cuerpo.

También tu alma necesita del agua espiritual. Jesús invita a que tú puedas beber del agua de vida. Lo que el H2O puede hacer por tu cuerpo, Jesús lo hace por tu corazón. Él penetra por la membrana más pequeña de tu cuerpo para llenarla.

Necesitas hidratar tu interior. Jesús declara a gran voz que si recibes el agua de vida, él llenara tu interior con el espíritu de la vida.

Tan solo necesitas seguir las instrucciones de cómo beber, Jesús te da las instrucciones, solamente cree en él y penetra tu corazón, hasta el fondo, muy dentro y profundo de tu alma.

Bebe su agua. Interiorízalo. Cada rincón de tu vida que está deshidratada permite que el agua de vida de Jesús permee tu alma.

Todos los sedientos, venid a las aguas; y los que no tenéis dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad vino y leche sin dinero y sin costo alguno. Isaías 55:1



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