Leonel Fernández ha procurado posicionarse en el imaginario electoral como la principal fuerza opositora. ARCHIVO
SANTO DOMINGO.-Aunque la proclamada alianza electoral entre el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) es un notable avance en la estructuración de un frente opositor, la algarabía del anuncio supera lo logrado en papel.
Las tres principales fuerzas políticas solo pactaron tres senadurías dejando a “futuras conversaciones” plazas de interés como el Distrito Nacional, la provincia de Santo Domingo y Santiago, donde se concentran la mayor cantidad de votantes.
Nuevo ingrediente
Miguel Vargas Maldonado sería candidato del PRD.
De la fórmula presentada, el ingrediente nuevo lo representa la Fuerza del Pueblo que cambia de posición de cara a las próximas elecciones, tras haber pactado en el 2020 con el Partido Revolucionario Moderno (PRM) para sacar del poder, precisamente al PLD y a su aliado PRD.
La entidad que dirige el expresidente Leonel Fernández, ha centrado en su máximo líder sus esperanzas futuras, convirtiéndolo en su único aspirante a la presidencia de la República.
Han desarrollado a la vez, una agenda de matriculación de militantes en procura de ampliar su rango de acción y creando estructuras provinciales sólidas que les garanticen, en base a resultados electorales, convertirse en la segunda fuerza política del país.
Es así como el ceder posiciones electivas que correspondan a plazas grandes podría no ser la mejor alternativa para cimentarse en el pensamiento del electorado nacional. De los acuerdos anunciados, la Fuerza del Pueblo sólo cedió las plazas a senador de Hato Mayor (PRD) y Barahona (PLD), logrando apoyo para la provincia Hermanas Mirabal.
Es casi un hecho, que pelearán con seriedad la plaza del Distrito Nacional llevando a Omar Fernández como candidato a senador.
Lo municipal
Las complejidades no solo se dan en la parte legislativa, se replican en lo municipal. De lo acordado, hay 86 alcaldías y 150 distritos municipales en los que las tres organizaciones correrán de manera unificada pero igualmente, las plazas emblemáticas quedan fuera.
Tras superar ruidos iniciales, Abel Martínez ha comenzado a aglutinar a los peledeístas.
Como punto a favor, la cobertura del 60 % del territorio nacional en la alianza, será la reacción a un PRM que empezó desde noviembre del 2020 a juramentar en sus filas a alcaldes populares del PLD con miras a las municipales de febrero del próximo año, repitiendo tras bastidores la consigna de Danilo Medina: “quien gana las municipales, gana las presidenciales”.
Cuota de poder
En el caso del PLD, la organización no puede permitirse perder la cuota de poder que retiene y, en caso de ser posible, ampliarla. Son conocidos los problemas con los que han tenido que lidiar (justicia, descontento entre militantes y renuncias de dirigentes), además de contar con un aspirante presidencial novel que llega a un escenario complejo.
Alianza parcial
—1— Pequeñas plazas
Al igual que como ocurre con la FP, ceder posiciones en plazas claves no resulta conveniente para el PLD.
—2— Posibilidades
El apoyo en segunda vuelta, sentaría las bases para una polarización entre Abinader y Fernández, dejando de lado a Martínez. Así pasó en 2020 con el mismo Fernández, tras capitalizar Abinader el voto de castigo por tener mejores proyecciones.
Alianza entre PLD y FP pedido de militantes
Política. La alianza electoral entre la FP y el PLD se constituyó en un pedido a gritos de la dirigencia de ambas organizaciones “pues la masa de votantes es la misma”, según lo declarara un diputado peledeísta pero la propuesta ha debido superar varios escollos.
Mientras que el PRD se juega su futuro y con ello, las posibilidades de lograr más del 5 % de la preferencia entre votantes lo que le garantizaría seguir siendo considerado como partido mayoritario por la Junta Central Electoral.
