Sin duda alguna que la contaminación atmosférica y acústica han venido ganando terreno a través de los años, perjudicando gravemente la salud de los seres humanos. Recientemente el primer Tribunal Colegiado de Santo Domingo evacuó una sentencia en la cual se condena a unos señores que se dedicaban a los trabajos de carrocería y pintura, esto así, tras la denuncia que hicieron los munícipes que vivían en una zozobra, pues no se le respetaba el derecho de vivir en un ambiente sano.
He escuchado a algunas personas manifestar, con todo su derecho, su desacuerdo a este fallo, alegando que se trata de padres de familia que solo estaban trabajando. Yo pienso que el derecho al trabajo nunca debe de ser violentado, está previsto en nuestra Constitución, y además dignifica al hombre y a la mujer. Pero, las cosas hay que hacerlas con apego a las normas.
Ninguno de nosotros podemos hacernos de dinero perjudicando a los demás. Según la nota que detallaba este caso, el taller estaba “al aire libre frente a las residencias”. Imagínese usted. Hay que estar en el zapato de los demás.
Cuando defendemos este tipo de cosas, estamos protegiendo a los camioneros que andan con sus materiales hasta el tope y sin protección alguna, lanzando partes de sus cargas en los cristales de los vehículos, defendemos a aquellos que montan un “negocio” en medio de las aceras, defendemos los colmadones que se pasan todo el día con música a todo volumen, también hacemos una defensa a aquellos «tutumpotes» que consiguen un permiso y construyen donde no está permitido, violentando todas las normas urbanísticas.
Así como se obtuvo esta decisión me gustaría que surjan condenaciones para aquellos que han convertido a nuestros principales ríos y lomas en terrenos desolados, ya que al parecer la destrucción de los ríos y la tala de árboles no tienen un rango constitucional y que no son imprescindibles para la vida humana.
Nos alegramos por esta decisión, pero el pueblo dominicano tendrá gran regocijo algún día…cuando los camiones cargados de madera y arena sean invisibles.