El estudio del pasado y de la humanidad tiene la particularidad que siempre es narrada por las sociedades y desde la óptica de los conquistadores; de las clases dominantes y las etnias prevalecientes.
Calificar el suceso histórico iniciado por Cristóbal Colón, siempre será fuente de controversia. El historiador norteamericano Howard Zinn la considera una invasión europea de los pueblos indígenas de las Américas, una historia de conquista, esclavitud y muerte.
Afirma en su obra La Otra Historia de los Estados Unidos, que en los libros de historia que se da generación tras generación de niños de los Estados Unidos, todo empieza con una aventura heroica no una sangría- y el Día de Colón es un día de celebración.
Samuel Eliot Morison, historiador de Harvard, se niega a mentir respecto a Colón, como afirma Zinn, ya que no se salta los asesinatos en masa; efectivamente, lo describe con la palabra más desgarradora que se pueda usar: genocidio.
Nuestro historiador Roberto Cassá lo califica de aniquilamiento de la población aborigen, señalando que la verdadera intensificación de la mortandad se produjo a partir del establecimiento de la encomienda, especialmente bajo el gobierno de Ovando.
Este comportamiento respondía a las necesidades económicas de las incipientes economías de los primitivos estados capitalistas de Europa, que en busca de oro, esclavos y productos agrícolas, para financiar las nuevas economías monetaristas que emergían del feudalismo y que se abrían paso por los próximos cinco siglos.
Agotada esta fase histórica, bajo complejas marañas históricas, se dio paso a los esclavos africanos, que para el año 1619 ya habían transportado un millón de África a America del Sur y el Caribe, aunque las razones fueren diversas, tales como la indomable voluntad de los nativos de América del Norte, o bien, la imposición de trabajo lograda por Colón, entre otras cosas, que terminó en el exterminio de la raza nativa.
Afirma Zinn, que la vulnerabilidad del africano desarraigado, el poderoso incentivo del beneficio para el negrero y el colono, la tentación del rango superior para los blancos pobres, los controles complejos contra la huida y la rebelión, el castigo legal y social del colaboracionismo entre el negro y el blanco, coadyuvaron para el desarrollo de la esclavitud en su máxima expresión.
Por su parte, afirma Cassá, que la formación de fortunas durante el período la explotación de los indígenas, constituyó el fundamento inicial para la fundación de las unidades agrícolas que respondían al modelo de plantación, que conllevaba una agudización de la polarización social, a partir de la base laboral esclava de origen africano, ante la regulación y decadencia la mano de obra indígena.
Las zonas de las Américas encontradas por Colón y sus sucesores estaban tan pobladas como Europa, -unos 75 millones en toda América- con complejas culturas; de relaciones humanas más igualitarias, forjadas en el desarrollo de la personalidad, en sus relaciones interpersonales y con la naturaleza, lo cual, unido a la fase histórica del esclavismo que se prolongará, en su mejor expresión, hasta finales del siglo XVI, dando paso a las rebeliones de esclavos o cimarrones, que conllevaron la poca rentabilidad del sistema y una intervención más activa de la autoridad para la reglamentación del régimen de los esclavos.
Hacia futuro, observamos con interés como aquella historia que parece lejana, toma cuerpo en la actual reclamación de las naciones que conforman la Comunidad del Caribe (Caricom), de una indemnización o compensación por la esclavitud, habida cuenta que estiman que el origen de su actual pobreza material, se debe a la esclavitud y al genocidio perpetrado siglos atrás.
El proceso jurídico emprendido contra España, Francia, Holanda y Portugal, tiene el propósito no sólo una compensación económica, sino también de inversión en planes de desarrollo. En la primera semana del próximo mes de septiembre, se reunirán los primeros ministros de algunas naciones, para debatir la estrategia a seguir.
En el año 1999, la African World Reparations and Repatriation Truth Commission exigió a Occidente el pago de US$777,000.00 a los países africanos que fueron esclavizados durante el periodo colonial.
En otro sentido, sólo hasta este año el Reino Unido fue sancionado con US$30.5 millones a favor de la guerrilla keniana, bajo la infracción de tortura. De este modo, podemos afirmar que el pasado siempre alcanzará los procesos históricos, de lo cual nuestra nación no puede estar desatenta, porque estamos ligados indisolublemente a aquella parte de la historia y de la actualidad.