Alex debe analizar su caso

Alex debe analizar su caso

Alex debe analizar su caso

Hugo Lopez Morrobel

Un refrán popular que tiene fuerza de verdad, en especial entre los billaristas, afirma que “no se puede forzar el mingo”, porque cuando se hace, no se obtienen los objetivos deseados, por el contrario, todo se derrumba, se va a pique.

No creo que todavía ese sea exactamente el caso de Alex Rodríguez, pero la verdad es que este extraordinario jugador, con estadísticas más que suficientes para ingresar al Salón de la Fama, está pasando vergüenza de varias formas.

Primero, lo envían a la banca por su anémica producción, y también está perdiendo el respeto de los millones de fanáticos que todavía ven en él, un “héroe”, un fenómeno con el madero al hombro.
Esa historia de líder se puede ir a pique en cualquier momento, dado que las masas, en especial fanáticos, sueltan a sus ídolos de un momento a otro, sin explicación alguna.

Una campaña, tal y como se produce en la actualidad, es fatal para cualquier personaje, en especial en política y deportes.

La mayor grandeza de David Ortiz será retirarse con números excelentes en su última campaña, pero cuando es contrario, el atleta pierde la estima de los aficionados, lo que es el peor escenario en que se quiere ver un atleta.

Un caso de esa naturaleza la experimentó Willie Mays, superestrella de los Gigantes, quien tras una carrera extraordinaria terminó arrastrando el bate.

Mays pasó a los Mets de Nueva York y le pasó como a la vaca de Nena que “en vez de leche da pena”.

Albert Pujols es otro que debe estar observandose en ese mismo espejo.
Por eso, Alex debe pensar y determinar tras un análisis con su conciencia, si todavía cree que puede producir lo suficiente para no caer en el ridículo, por estar “forzando el mingo”.

Esa una decisión muy personal que debe calibrar en su más intima convicción.
RADARES. El Panam de Voleibol femenino que inicia el sábado en el Pabellón del Centro Olímpico será una excelente oportunidad de observar el desarrollo de la selección.

Y como decía el excelente narrador de lucha libre, Silvio Paulino, todos los caminos conducen, en vez del Eugenio María de Hostos, al Centro Olímpico.