BERLÍN.- Activistas defensores de la marihuana encendieron porros de celebración a primera hora del lunes, cuando el país liberalizó las normas sobre el cannabis para permitir la posesión de pequeñas cantidades.
La Asociación Alemana de Cannabis, que hizo campaña a favor de la nueva ley, convocó una concentración en la emblemática Puerta de Brandeburgo de Berlín que entró en vigor a medianoche.
Había otros actos programados en todo el país, incluido uno ante la catedral de Colonia y otros en Hamburgo, Ratisbona y Dortmund.
La nueva ley legaliza la posesión por parte de adultos de hasta 25 gramos (casi una onza) de marihuana con fines recreativos y permite a los particulares cultivar hasta tres plantas propias.
A partir del 1 de julio, los residentes en Alemania de 18 años o más podrían sumarse a clubes de cannabis sin fines de lucro con un máximo de 500 miembros cada uno.
Cada persona podrá comprar hasta 25 gramos al día, o un máximo de 50 gramos al mes, una cifra limitada a 30 gramos para menores de 21 años. No se permitirá la membresía en varios clubes.
Los gastos de los clubes se cubrirán con cuotas de membresía que se calibrarán en función de cuánta marihuana consumen los miembros.
La norma también pide una amnistía en la que se revisarán y en muchos casos anularán condenas con delitos relacionados con el cannabis que ya no están penados. Las autoridades regionales temen que el sistema judicial se vea sobrepasado por miles de casos que tramitar.
La ley fue impulsada por la coalición actual que forman los socialdemócratas del canciller, Olaf Scholz, los Verdes y los Liberal Demócratas, ante la oposición de algunos estados federales alemanes y los democristianos de centro derecha. El líder democristiano Friedrich Merz ha prometido que su partido revocará la norma si gana las elecciones nacionales, previstas para otoño de 2025.
Grandes tiendas de jardinería consultadas por la agencia de noticias dpa indicaron que no añadirían las plantas de cannabis a su oferta de horticultura, y la Asociación de Médicos Alemanes se opuso a la norma señalando que podría tener “graves consecuencias” para el “desarrollo y la perspectiva vital de los jóvenes en nuestro país”.