Berlín.-El Consejo Asesor de Economistas del Gobierno alemán, los llamados “cinco sabios”, ven en la inflación el gran riesgo de la economía alemana pese a que las perspectivas de crecimiento han mejorado gracias a la estabilización del suministro energético.
Los “sabios” esperan para Alemania un crecimiento del 0,2 % este año y del 1,3 % el próximo, pero advierten que la alta inflación implica una pérdida de la capacidad de compra y un debilitamiento de la demanda como motor de la economía.
La alta inflación sigue siendo una dura carga para la coyuntura”, dicen los sabios en su informe. Aunque el informe considera que la inflación puede haber superado su punto más alto sigue siendo alta y sólo bajará lentamente.
Pese a la tensa situación económica, el mercado laboral en Alemania sigue siendo estable.
Los sabios esperan un ligero aumento del empleo hasta 2024 y un aumento de los salarios del 5,9 % en 2023 y del 4,5 % en 2024.
En tanto, la huelga de advertencia de 24 horas convocada para ayer por el sindicato del sector servicios Ver.di y el del ferrocarril EVG paralizó el transporte de pasajeros de buena parte de Alemania, tanto en trenes de larga y media distancia como en los principales aeropuertos.
Los ferrocarriles regionales y de cercanías se sumaron a la huelga en varios estados federados, lo mismo que los trabajadores de los puertos y esclusas del transporte marítimo y los del transporte urbano en siete de los 16 “Länder” del país.
Frank Werneke, lider del sindicato convocante, defendió la reivindicación salarial del 10,5 de incremento salarial o un mínimo de una subida de 500 euros mensuales para los 2,5 millones de trabajadores del sector, mientras los empresarios ofrecen un aumento del 5 % -un 3 % para este año y un 2 % para el siguiente-.
Desde la medianoche unos 350.000 trabajadores de diversos sectores de todo el país -120.000 afiliados a Ver.di y 230.000 empleados del ferrocarril y de los autobuses de larga distancia- están convocados a la huelga.
Trenes en huelga
— Afectados
En el aeropuerto de Berlín no se interrumpieron las actividades. Solo en el aeropuerto de Fráncfort, el principal nudo de comunicaciones aéreas del país, se vieron afectadas 1.170 conexiones y 160.000 viajeros.