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Alejandro Sanz, ‘Escobón de Oro’, reconoce que en La Vera ha encontrado un remanso de paz

  • Sanz, que no ha podido recoger en persona este reconocimiento que se entrega con motivo de Los Escobazos, que es Fiesta de Interés Turístico Nacional, ha enviado un vídeo

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El cantante español Alejandro Sanz durante la 26ª edición anual de la entrega de los Premios Latin Grammy.EFE/Armando Arorizo

Mérida .- El cantante Alejandro Sanz, galardonado este año con el ‘Escobón de Oro’, que concede la localidad cacereña de Jarandilla de la Vera, ha reconocido que en esta zona de Extremadura ha encontrado «un remanso de paz y un montón de amigos».


Sanz, que no ha podido recoger en persona este reconocimiento que se entrega con motivo de Los Escobazos, que es Fiesta de Interés Turístico Nacional, ha enviado un vídeo. El vídeo fue difundido por el Ayuntamiento, en el que ha agradecido a la corporación y los vecinos la concesión.


«Sabéis que os quiero mucho, que allí he encontrado un remanso de paz y un montón de amigos y quiero agradeceros este reconocimiento tan bello», ha afirmado el compositor madrileño. Él está fuera de España y tiene desde hace años una residencia fijada en esta comarca del norte cacereño.

La Fiesta de Los Escobazos, «única en el mundo»

Sanz les ha animado a disfrutar de la fiesta, que cataloga como «única en el mundo». También ha expresado su deseo de «vernos prontito» y de que «se cuiden mucho». Además de aprovechar para felicitarles la próxima Navidad y Año Nuevo.


Esta tradicional fiesta prevé reunir este domingo a 12.000 personas. Todo en torno a cientos de escobones, cantos, coplas y hogueras en honor a la Inmaculada Concepción.

En los sitios más estratégicos del municipio arden inmensas llamaradas en honor a la Virgen de la Inmaculada. Sin embargo, quizá los momentos más interesantes de esta fiesta son la reunión de los vecinos con escobones en la Plaza Mayor. También la salida en procesión del Estandarte de la Virgen desde la Iglesia, entre caballerías y escobas luminosas.


La procesión recorre diversas calles de la población hasta llegar a la ermita de «Nuestra Señora de Sopetrán», patrona de Jarandilla. Allí prende la fogata mayor de la noche.


Una vez allí, los jinetes descabalgan y entran junto a los asistentes en la iglesia. Es para cantar por última vez las coplas tradicionales de la Virgen que se repiten durante la procesión. Cada jarandillano quema cuatro o cinco escobazos durante este festejo.

Los orígenes

Sobre los orígenes existen diversas leyendas, entre ellas la que rememora la norma de los pastores. En esa época, intercambiaban escobazos como muestra de alegría y saludo jubiloso, tras largas temporadas de duro trabajo en la sierra sin ir al pueblo y sin verse.


Otras opiniones apuntan la posibilidad de que estas celebraciones sean derivaciones de un auto de fe, tan comunes en la comarca verata siglos atrás. Además, como forma usual de agradecer a la Virgen de la Inmaculada su protección una vez finalizadas las faenas agrícolas del otoño.


Además de estas versiones, se conserva la creencia de que las caballerías que asisten a la procesión de la Virgen quedan protegidas contra todos los males durante el año venidero.

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