“Siempre que hay alegría, hay creación. Mientras más rica sea la creación, más profunda la alegría”, dijo el filósofo y escritor francés Henri Bergson, Premio Nobel de Literatura.
Ordinariamente, no damos espacio ni a la alegría ni a la creatividad, dejando de lado la posibilidad de crear las condiciones para nuestra propia felicidad, que representa la suma de los momentos especiales del alma en los que mejor disfrutamos la existencia terrenal.