Un conocido refrán en nuestro medio reza que “cada cabeza es un mundo”, dejando entrever que cada individuo tiene cabeza propia y actúa de acuerdo a lo que más le convenga a sus intereses en un momento determinado, además, para justificar sus posibles contradicciones en la forma de actuar y tomar decisiones con relación a las ideas de otros.
Ese refrán lo está aplicando en todas sus partes el pelotero dominicano Albert Pujols, al momento de decidir continuar como jugador activo, tras su despido por parte de los Angelinos, situación que ha hecho que la mayoría de sus seguidores y analistas entiendan que ya es hora del retiro.
Pues bien, Pujols no lo ve así, poniendo en práctica de que cada persona tiene cabeza propia, por lo que piensa diferente y tiene ideas distintas a los demás.
Siendo sincero y hablando a la franca, el dominicano, ya con 41 años de edad y con todos los méritos para ser inmortal de Cooperstown, con la decisión de seguir activo, se la está jugando de terminar haciendo el ridículo, porque ahora con los Dodgers, tendrá menos oportunidades de demostrar que todavía “le queda algo en la bola”, ya que en la liga Nacional no existe en bateador designado, posición que más le conviene.
Ojalá equivocarme “medio a medio”, y que en el trayecto que le resta de vida activa en el béisbol, Pujols, uno de nuestros héroes, pueda terminar con la frente en alto, aunque se perfila que a estas alturas, las probabilidades para lograrlo podrían ser escasas.